Raniero Mancinelli, el sastre que ha confeccionado con sus manos las vestimentas de los últimos pontífices de la Santa Sede. Su labor de fe, tradición y perfección artesanal inició desde 1962 y ha permanecido como un negocio familiar desde entonces.
Después de días de expectación global, el Vaticano anunció el 8 de mayo la elección de Robert Francis Prevost como nuevo líder de la Iglesia Católica, quien asumió el papado bajo el nombre de León XIV. Y aunque su elección marcó un nuevo capítulo para el catolicismo, hubo alguien que ya se había adelantado al momento: Raniero Mancinelli, el legendario sastre romano que ha vestido a los últimos tres pontífices.
A sus 86 años, Mancinelli volvió a hacer historia al confeccionar la sotana blanca con la que el nuevo Papa se presentó por primera vez ante el mundo desde el balcón de la Plaza de San Pedro. Su taller, Mancinelli Clero, fundado en 1962 en el barrio de Borgo Pío, se ha convertido en un enclave único en Roma, donde se elaboran trajes para papas, cardenales y otros miembros del clero.
Aunque el cónclave apenas comenzó el 7 de mayo, Mancinelli no esperó al anuncio oficial. Fiel a su experiencia, preparó tres sotanas en diferentes tallas para estar listo, sin importar quién fuera elegido. “Preparé tres tallas diferentes de modo que sirvieran para cualquier cuerpo, sea quien sea el próximo papa”.
La elección de León XIV no solo marcó el inicio de un nuevo pontificado, sino también la continuidad del legado sartorial de Mancinelli, quien ha vestido a figuras como Juan Pablo II, Benedicto XVI y el Papa Francisco. Su capacidad para adaptar cada prenda al estilo y la personalidad del pontífice lo ha hecho indispensable en estos momentos clave.
De hecho, su relación con los papas ha estado marcada por la cercanía y el humor. Mancinelli recuerda con cariño un comentario del entonces cardenal Jorge Bergoglio, hoy Papa emérito Francisco: “Raniero, eres un poco ladrón, eres un poco caro”, le dijo tras comprarle una faja.
Pero más allá del Vaticano, Raniero Mancinelli ha vestido a líderes políticos, diplomáticos y aristócratas europeos. Su estilo, artesanal y clásico, rechaza las modas pasajeras. Cada prenda que sale de su taller está hecha a mano con telas de casas icónicas como Loro Piana o Vitale Barberis Canonico.
En un mundo cada vez más acelerado, Mancinelli representa una forma de hacer moda con paciencia, precisión y respeto por la tradición. Y ahora, una vez más, su nombre quedará ligado a la historia, en los primeros pasos del Papa León XIV.