Hoy, cocinar en casa es más una forma de creatividad que una cuestión de técnica. Aunque no sean grandes chefs, muchos disfrutan inventando en la cocina, mezclando ingredientes y dejándose llevar por la intuición.
Si estás comenzando en el mundo de la cocina, es recomendable iniciar con platos sencillos que te permitan ganar confianza y disfrutar del proceso. Aquí te presentamos tres recetas fáciles y deliciosas para que te pongas manos a la obra.
1. Pan tostado con especias
El pan tostado con queso puede transformarse fácilmente en un plato más sofisticado con solo añadir algunos ingredientes extra. Una opción deliciosa es incorporar tomate fresco, aguacate y un toque de hierbas.
Comienza por tostar una rebanada de pan de tu elección hasta que esté crujiente. Mientras tanto, corta unas rodajas finas de tomate y unas láminas de aguacate maduro. Una vez que el pan esté dorado, colócale unas lonchas de queso —puede ser mozzarella, queso de cabra, gouda o el que prefieras— y gratínalo en el horno o en una sartén tapada hasta que el queso se derrita.
Cuando el queso esté fundido, retira el pan del calor y añade por encima el tomate y el aguacate. Para realzar el sabor, espolvorea un poco de sal marina, pimienta negra y, si tienes a mano, unas hojas frescas de albahaca o unas gotas de aceite de oliva virgen extra.
2. Ensalada fresca
En una dieta balanceada o para acompañar un plato fuerte, las ensaladas nunca pueden faltar, por ello, puede resultar útil aprender a hacer una que nos encante. Hay diversos tipos, unas más sencillas que otras, solo basta conocer algunas reglas básicas para lograr combinaciones sabrosas y equilibradas.
Si buscas una opción ligera, refrescante y fácil de preparar, esta ensalada de pepino, mango y menta es perfecta para ti. Es ideal para acompañar platos de pescado o pollo, o incluso para disfrutar como una comida ligera en días calurosos.
Para prepararla, solo necesitas un pepino grande y un mango maduro. Lava bien ambos ingredientes y, si lo prefieres, pela el pepino para que la textura sea más suave. Corta el pepino en medias lunas finas y el mango en cubos pequeños. Luego, colócalos en un bol junto con unas hojas de menta fresca picadas, que aportarán un toque aromático muy especial.
A continuación, exprime el jugo de una lima o un limón y viértelo sobre la mezcla. Agrega una cucharada de aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta al gusto. Si deseas, puedes añadir también un puñado de semillas de sésamo o linaza para darle un toque crujiente y más valor nutricional. Mezcla todo con suavidad para que los sabores se integren bien y sirve la ensalada bien fría.
3. Tarta de queso sin horno
Una tarta de queso sin horno es el postre perfecto cuando buscas algo fácil, fresco y delicioso. Para la base, solo necesitas triturar unas galletas tipo María o Digestive y mezclarlas con mantequilla derretida. Presiona esta mezcla en el fondo de un molde y llévala al refrigerador.
El relleno se prepara mezclando queso crema tipo Philadelphia con yogur griego y azúcar, batiendo hasta obtener una crema suave. Puedes añadir gelatina sin sabor disuelta si quieres que quede más firme, aunque no es obligatorio. Vierte la mezcla sobre la base y refrigera durante al menos 4 horas.
Para la cobertura, puedes usar mermelada de fresa, fresas frescas trituradas o incluso melocotón en láminas. Decora justo antes de servir. Esta tarta es cremosa, ligera y siempre queda bien.