Los nacimientos se han vuelto esenciales en algunos hogares durante la temporada navideña, pero el recorrido de estas figuras es realmente mágico, especialmente si hablamos de los nacimientos de barro de Ilobasco.
La temporada navideña se caracteriza por las tradiciones. Esas formas que tenemos de celebrar que año con año seguimos repitiendo ya sea por costumbre o el significado personal que tienen para cada uno. Aunque algunas tradiciones sean más universales como el arbolito de navidad, adornar nuestras casas y reunirnos en la mesa con las personas que más queremos para disfrutar de la cena, existen otras tradiciones muy propias de ciertas regiones. A pesar de no poseer un territorio tan amplio, los diferentes rincones de El Salvador son únicos como las tradiciones navideñas que aún se conservan.
Los nacimientos en época navideña son colocados como parte de la decoración de la época en las plazas, parques y casas de la mayoría de municipios de nuestro país.
La influencia de la religión católica en la época colonial en nuestro país, las características geográficas y las costumbres de los habitantes hicieron la combinación perfecta para que en el municipio de Ilobasco, departamento de Cabañas de la zona paracentral de El Salvador, se posicione como la cuna de los artesanos de barro con tierra blanca y otras artesanías.
Figuras que cambian con el tiempo
Es muy curioso entendender la funcionalidad de los nacimientos ahora, ya que por su origen netamente religioso las personas respetaban las figuras que los componen: El niño Jesús, su madre María y su padre José, en un pesebre en Belén una ciudad de Israel, uno que otro animal, los reyes magos: Melchor, Gaspar y Baltazar y algún otro elemento que la persona escuchaba de la historia del nacimiento de Jesús ¿Qué ha pasado ahora?
El interés comercial y la cultura de consumo de algunas zonas ha llevado a que los artesanos se diversifiquen en las figuras que proponen en el nacimiento, a tal magnitud que en algunos de ellos están presentes algunas personas con gustos o preferencias colectivas. Ejemplo de esto es la aparición de las figuras del borracho, el infiel, el Presidente de la República, incluso aquellas que hacen alusión a nuestra gastronomía dándole más vistosidad.
Aunque actualmente la simple tarea de poner el nacimiento en nuestras casas se haya vuelto casi automática, esta tradición inició en 1223 cuando San Francisco de Asís fue el primero en recrear la escena del nacimiento de Jesús en el pesebre, convirtiéndose en el fundador de esta tradición.
Del barro al nacimiento
Pero, ¿cómo llegan estas artesanías hasta nosotros? El trabajo detrás de cada una de las piezas no es sencillo. Cada nacimiento puede tardar alrededor de dos semanas dependiendo del tamaño, asegura Víctor Herrera, quién desde los cinco años empezó a modelar barro en el taller de su familia en Ilobasco, departamento de Cabañas.
El viaje que recorren estas artesanías empieza desde la selección de la mina adecuada de barro. Aquellos que, como Víctor, se dedican a la fabricación de estas artesanías saben que la calidad del barro depende mucho del lugar donde fue extraído. Una parte fundamental de este proceso es ocupar las herramientas correctas. Aunque en general se conocen como paletas, estas varían de forma dependiendo del uso que tengan, al igual que las figuras de barro, estos instrumentos también son fabricados de forma artesanal.
Teniendo el barro ideal se procede a la elaboración del “diseño original” para luego convertirlo en un molde hecho de yeso piedra o yeso blanco. Esta pieza es rellenada con una cantidad específica de barro. Si es demasiado barro la pieza queda pesada, pero si no es suficiente esta quedará frágil y corre el riesgo de quebrarse. Cuando el modelado esté listo pasa a un estante entre uno o dos días, para luego ser puesto al sol por alrededor de seis horas, esto con el fin de reducir la húmedad de la pieza.
Cuando la figura se encuentre lo más seca posible es llevada al horno donde estará por cinco o seis horas a 700 grados centígrados. Tras este proceso de quema la pieza está lista para ser pintada y barnizada, quedando lista para ser entregada al cliente.
Si bien la comercialización de esta artesanía aumenta durante diciembre, Víctor comenta que en el taller familiar “Cerámicas Kiko” realizan estas figuras durante todo el año. De acuerdo con él, aunque la venta durante el año no sea igual que finales del mismo, siempre hay quiénes vienen de todos los rincones del país (incluso desde fuera) en busca del nacimiento perfecto.
