Un estudio reciente publicado en la revista Science ha revelado un innovador avance en la ciencia que abre la puerta a la posibilidad de hacer transparentes los tejidos vivos.
Un estudio reciente publicado en la revista Science ha revelado un innovador avance en la ciencia que abre la puerta a la posibilidad de hacer transparentes los tejidos vivos. Aunque hasta ahora los rayos X eran lo más cercano que teníamos para ver el interior del cuerpo humano, esta investigación nos acerca un paso más a esa fantasía que muchos alguna vez imaginamos: la invisibilidad, como en los personajes de ciencia ficción.
El experimento aborda los desafíos que enfrenta la obtención de imágenes precisas de materia biológica debido a la compleja estructura de nuestros tejidos. A diferencia de materiales homogéneos como el cristal, los tejidos biológicos, como la piel y los órganos, están formados por millones de fibras entrelazadas. Este entramado provoca una dispersión de la luz, lo que limita la capacidad de las imágenes ópticas para penetrar en profundidad.
Según el estudio, esta dispersión se debe a desajustes en el índice de refracción entre los componentes de los tejidos. Sin embargo, los investigadores de la Universidad de Stanford han planteado la hipótesis de que algunas moléculas con alta absorción de luz ultravioleta podrían igualar esos índices de refracción y, por lo tanto, hacer que los tejidos se vuelvan transparentes.
Entre los hallazgos más sorprendentes del estudio, destaca el uso de un colorante aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), llamado tartrazina. Al aplicar una solución acuosa de este colorante sobre la piel de roedores, los investigadores lograron que los tejidos, incluidos los músculos y conectivos, se volvieran transparentes, aunque de manera reversible.
La aplicación de un hidrogel sobre el abdomen de los roedores permitió visualizar directamente sus órganos internos, como los intestinos y las neuronas entéricas, capturando sus movimientos y reflejando la motilidad intestinal sin necesidad de intervenciones quirúrgicas.
Este avance abre nuevas oportunidades para la medicina moderna, permitiendo visualizar la estructura y funciones de órganos profundos sin necesidad de extirpar tejidos ni realizar operaciones invasivas. Como señala el estudio, “nuestro enfoque presenta oportunidades para observar la actividad de los órganos sin la necesidad de cirugías o ventanas transparentes en los tejidos”.
Este descubrimiento podría revolucionar el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, ofreciendo una forma menos invasiva y más precisa de estudiar el cuerpo humano.