Su gran talento en la industria cinematográfica la ha llevado a obtener diversos reconocimientos y a fundar su propia escuela de cine en El Salvador.
Maya Molina, una joven de 28 años originaria de Cacaopera, Morazán, es una referente en la industria cinematográfica de El Salvador. Su pasión por el cine, la escritura y las artes comenzó desde pequeña, influenciada por su madre, quien le inculcó el amor por contar historias.
“A mi madre le gustaba mucho contarme cuentos, le gustaba hacerme vivir en una fantasía de que algo podía ser mejor, y así fue como a mí me fue gustando escribir, leer y ver películas, así es como yo llegué a este mundo”, rememoró.
Desde niña, Maya tuvo una profunda admiración por la cineasta francesa Agnès Varda, quien la inspiró a estudiar el lenguaje del cine. A los 19 años, decidió convertirse en cineasta tras haberse involucrado en diversas disciplinas artísticas como la pintura, la danza, la escritura y el modelaje.
Uno de los principales obstáculos que enfrentó fue la falta de una escuela de cine en El Salvador, por lo que viajó a La Habana, Cuba, para especializarse en el Instituto Superior de Arte. Posteriormente, obtuvo un máster en Dirección de Actores y Dirección Escénica, Cine y Televisión en México.
Como mujer, en una industria tradicionalmente dominada por hombres, se dio cuenta de que los roles más prestigiosos, como director, productor o guionista, estaban casi siempre ocupados por hombres. Por eso, decidió que en sus producciones serían mujeres quienes desempeñaran esos roles clave.
Entre sus proyectos más destacados se encuentran los cortometrajes “Ángela” (2015), “Papi” (2016) y la película “Latinas del mar” (2022), esta última rodada en las playas de Surf City. Además, ha dirigido más de 60 piezas publicitarias y ha participado en 20 cortometrajes de ficción y documentales en El Salvador, Cuba y México.
Maya también ha trabajado en teatro, dirigiendo la obra “La sirena varada”, donde todas las protagonistas son mujeres. Este enfoque refleja su firme creencia de que el cine y las artes pueden transformar la percepción de la mujer en la sociedad.
En 2019, junto a Diego Figueroa, fundó la Escuela de Cine y Producción Audiovisual (ESCINE), con el objetivo de ofrecer una alternativa educativa a los jóvenes interesados en esta industria. Un año después, lanzaron el Festival de Cortometrajes titulado “Quédate en casa”, una iniciativa que permitió a muchos salvadoreños expresar sus experiencias durante la pandemia a través de cortometrajes grabados con celular.
Actualmente, Maya es directora creativa de ESCINE y está comprometida con su misión de impulsar el talento local. Su sueño es que la escuela se convierta en la principal institución para formar nuevos cineastas en el país. Asimismo, se encuentra trabajando en su primer guion de largometraje, el cual espera finalizar en julio para presentarlo a programas de becas y llevarlo a la gran pantalla.
La historia de Maya es un claro ejemplo de cómo la pasión y la perseverancia pueden superar barreras, romper moldes e inspirar a otras generaciones a contar sus historias a través de este arte.
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