La Semana Santa, según la tradición cristiana, rememora la muerte y resurrección de Jesús. Es especialmente significativa en países de mayoría católica o con presencia cristiana. Un aspecto clave de la celebración es el llamado al ayuno y a la abstinencia de carnes rojas.
La Semana Santa es mucho más que una celebración religiosa; es un tiempo para reunir a la familia alrededor de la mesa y disfrutar de deliciosos manjares que despiertan los sentidos. Durante estos días, la cocina latinoamericana se viste de fiesta con platos que reflejan la riqueza cultural de la región. Cada país tiene sus propios sabores, pero todos comparten un ingrediente común: el pescado, que reemplaza a las carnes rojas, siguiendo una antigua tradición de abstinencia. Aquí te mostramos qué platillos forman parte de esta tradición.
Perú
En tierras peruanas, la Semana Santa se disfruta con la tradicional patarashca, un plato exótico y lleno de sabor, donde el pescado de agua dulce se adereza con ají dulce y una variedad de especias de la Amazonía. Un manjar que se prepara con cariño, evocando los sabores ancestrales de la región.
Venezuela
La cuaresma en Venezuela es sinónimo de dulzura. Uno de los postres más queridos es el cabello de ángel, un manjar elaborado con harina de maíz y leche de coco, que evoca la calidez del hogar. Las empanadas de pescado y cazón también son indispensables, perfectas para acompañar cualquier comida durante estos días santos.
México
En México, la romerito es el plato que simboliza la unión entre la tierra y el mar. Esta planta se cocina en mole, acompañada de tortitas de papa y atún o camarón seco, creando una explosión de sabores que rememoran las tradiciones de la región.
El Salvador
En El Salvador, el pescado seco es una tradición que divide opiniones por su fuerte olor, pero que para muchos es un delicioso manjar. Las torrejas, hechas con pan de yema, huevos y miel, son el dulce que todos esperan. Y no faltan los tamales pisque, una opción perfecta para la abstinencia de carnes rojas, que se disfrutan durante varios días como símbolo de la devoción a la Semana Santa.
Guatemala
Los guatemaltecos celebran con platos sencillos pero llenos de sabor. El pescado blanco seco, guisado y acompañado de tamalitos de viaje, es un plato que refleja la tradición. Para beber, el fresco de chilacayote y de postre, los garbanzos en miel son imprescindibles, llevando la riqueza de los sabores autóctonos a la mesa.
Costa Rica
La cocina costarricense es un festín de mestizaje. Durante la Semana Santa, el bacalao es el rey de la mesa, servido con arroz con palmito y tamales mudos (sin relleno o con frijoles). El dulce de chiverre, una variante del chilacayote guatemalteco, es el toque dulce que cierra con broche de oro las celebraciones.
Argentina y Uruguay
Argentina y Uruguay comparten muchas pasiones, y la Semana Santa no es la excepción. En estos países, las empanadas de vigilia rellenas de atún o pescado son el plato estrella. Además, los guisos con garbanzos y bacalao son recurrentes, mientras que de postre, no falta el huevo o conejo de chocolate, que se disfruta entre amigos y familiares.
Ecuador
En Ecuador, la fanesca es el plato imprescindible. Esta sopa de 12 granos, calabazas andinas y pescado es un homenaje a los 12 discípulos de Jesús. Se acompaña con empanadas y plátano maduro, creando una experiencia culinaria que une historia, cultura y religión en cada bocado.
Colombia
El arroz con coco es una tradición arraigada en Colombia durante la Semana Santa, acompañando al pescado de forma deliciosa. A partir del Miércoles de Ceniza, el consumo de atún, mote de queso y palmito aumenta, mientras que de postre, el Mongo Mongo, un exquisito dulce hecho con mamey, mango, piña y plátano, endulza las mesas colombianas.
Bolivia
En Bolivia, la Semana Santa es un festín de 14 potajes, representando las estaciones del Vía Crucis, todos sin carne roja y preparados principalmente con pescado. Un plato destacado es el queso humacha, compuesto por cubos de queso criollo, cebollas y habas, un delicioso y sencillo manjar lleno de sabor.
La Semana Santa en Latinoamérica es un recorrido culinario que va más allá de los ingredientes. Es un testimonio de la mezcla de culturas, tradiciones y el amor por la comida que une a las familias en un momento de reflexión y disfrute. Desde el pescado hasta los postres más dulces, cada plato es una invitación a saborear la historia y la fe que definen a la región.
