Una buena alimentación, rica en vitaminas y minerales clave, puede ser una herramienta poderosa para combatir el estrés desde dentro.
En un mundo donde el estrés forma parte del día a día, entender cómo funciona el cuerpo frente a la presión es vital para preservar la salud. El cortisol, conocido como la hormona del estrés, juega un papel fundamental en esta ecuación. Aunque es esencial para funciones como el metabolismo y la respuesta inmunológica, cuando sus niveles se mantienen altos por mucho tiempo, puede tener efectos negativos sobre el cuerpo y la mente.
Por suerte, una alimentación rica en vitaminas específicas puede ayudarte a mantener equilibrados los niveles de cortisol y, con ello, mejorar tu calidad de vida. A continuación, te contamos cómo.
El cortisol es una hormona producida por las glándulas suprarrenales en respuesta a situaciones de estrés. A corto plazo, es útil: aumenta la energía, la concentración y la capacidad de respuesta ante peligros. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico, el cuerpo mantiene altos niveles de cortisol, lo que puede derivar en:
- Ansiedad y trastornos del sueño
- Problemas digestivos
- Aumento de peso (especialmente abdominal)
- Disminución de la inmunidad
- Fatiga constante y dificultad para concentrarse
Regular el cortisol no significa eliminarlo, sino mantenerlo en rangos saludables para que cumpla su función sin afectar el bienestar general. Para ello, hemos preparado una lista de las vitaminas que son un aliado para reducir esta hormona.
1. Vitamina C
Este antioxidante no solo refuerza el sistema inmunológico, sino que también reduce la producción de cortisol en situaciones de estrés. Además, promueve la creación de neurotransmisores como la dopamina, que ayudan a mantener el buen ánimo. Cuando incluyes en tu alimentación kiwi, cítricos, pimientos, fresas, espinacas, estás dándole a tu cuerpo una dosis de vitamina C
2. Vitaminas del Complejo B
- B6 contribuye a la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores clave para regular emociones.
- B12 combate el cansancio y favorece el equilibrio del sistema nervioso.
- B5 apoya directamente el funcionamiento de las glándulas suprarrenales, responsables de producir el cortisol. Está en la carne, huevos, cereales integrales, legumbres, pescados.
3. Vitamina D
La vitamina del sol ayuda a estabilizar el estado de ánimo y tiene una estrecha relación con la producción equilibrada de cortisol. Su deficiencia se ha vinculado a depresión y estrés crónico. Puedes obtener vitamina D cuando tienes exposición solar (claro no prolongada), o incluyes en tu dieta pescados grasos, yemas de huevo y lácteos.
4. Magnesio
Este mineral es esencial para relajar el sistema nervioso. Una dieta baja en magnesio puede causar un aumento en los niveles de cortisol, insomnio y tensión muscular. Está presente en el aguacate, almendras, semillas de calabaza, espinaca.
5. Omega-3
Los ácidos grasos esenciales reducen la inflamación y moderan la respuesta al estrés. Estudios muestran que quienes consumen omega-3 tienen menores niveles de cortisol tras eventos estresantes. Lo encuentras en salmón, sardinas, nueces, semillas de chía y lino.
Beneficios de mantener el cortisol bajo control
Regular esta hormona va mucho más allá de “sentirse menos estresado”. Algunos de los beneficios concretos de mantener un equilibrio saludable incluyen:
- Mejor calidad del sueño
- Mayor claridad mental y concentración
- Reducción de la ansiedad y la irritabilidad
- Fortalecimiento del sistema inmunológico
- Prevención del aumento de peso por estrés
- Mejora de la salud digestiva