Sabias que el pan duro no es desperdicio: es una base perfecta para reinventar tus comidas y explorar sabores caseros con historia y sabor.
¿Tienes pan duro en casa y no sabes qué hacer con él? ¡No lo tires! El pan del día anterior puede transformarse en platos sabrosos, nutritivos y muy fáciles de preparar. Desde postres tradicionales hasta opciones saladas y crujientes, aquí te compartimos recetas creativas que aprovechan hasta la última migaja, dándole nueva vida a ese pan que parecía olvidado.
- Pudin de manzana
Para preparar un delicioso pudin de manzana con pan duro, necesitas 180 gramos de pan, 1 manzana, 1 litro de leche, 4 huevos y 150 gramos de azúcar. Comienza cortando el pan en trozos y colócalo en un bowl grande junto con la leche para que se ablande. Mientras tanto, pela y trocea la manzana. Una vez que el pan esté bien empapado, vierte todo en la licuadora, incluida la manzana, y tritura hasta obtener una mezcla homogénea y compacta.
Luego, agrega los huevos y el azúcar, mezcla bien hasta integrar todos los ingredientes, y vierte la preparación en un molde previamente engrasado con mantequilla. Finalmente, hornea durante 45 minutos a 180 °C, o hasta que al insertar un palillo salga limpio. Sirve tibio o frío.
- Albóndigas con pan duro rallado
Para preparar unas albóndigas al horno usando pan rallado casero, comienza triturando pan duro previamente tostado, hasta obtener una textura fina. En un bowl grande, mezcla 500 gramos de carne picada (puede ser de res, cerdo o una combinación), un huevo, dos dientes de ajo picados, tres cucharadas del pan rallado casero, media taza de leche, una cucharada de perejil fresco picado, sal y pimienta al gusto.
Puedes añadir también cebolla picada, queso rallado o especias como orégano o comino, si lo deseas. Amasa bien hasta integrar todos los ingredientes, forma bolitas del tamaño deseado y colócalas en una bandeja ligeramente engrasada o con papel de horno. Pincela las albóndigas con un poco de aceite de oliva y hornea a 180 °C durante 25 a 30 minutos, o hasta que estén doradas y cocidas por dentro. Puedes acompañarlas con arroz, pasta, ensalada o una salsa de tomate casera.
- Capirotada
La capirotada, un budín mexicano típico de la Cuaresma, se prepara utilizando pan duro como base. Primero, corta el pan en rebanadas y tuéstalo ligeramente en el horno o en un comal. Mientras tanto, en una olla, hierve un jarabe hecho con piloncillo, canela en rama, clavos de olor y un poco de agua hasta que el piloncillo se disuelva y se forme una miel espesa.
En un molde engrasado, coloca una capa de pan tostado, luego espolvorea pasas, nueces troceadas y trocitos de queso fresco o rallado. Repite las capas hasta terminar los ingredientes y vierte el jarabe caliente por encima, asegurándote de que todo el pan quede bien empapado. Cubre con papel aluminio y hornea a 180 °C durante unos 30 a 40 minutos, hasta que el budín esté dorado y fragante. Se puede servir tibio o frío, y es una combinación única de sabores dulces, salados y especiados que representa la riqueza de la cocina tradicional mexicana.
- Croutons
Para preparar croutons caseros, corta pan duro en dados pequeños o en rebanadas delgadas, según prefieras. En una sartén grande o bandeja para horno, mezcla los trozos de pan con un poco de aceite de oliva o mantequilla derretida, y, si deseas, añade ajo picado, hierbas secas como orégano o tomillo, sal y pimienta al gusto.
Luego, tuéstalos en el horno precalentado a 180 °C durante unos 10 a 15 minutos, removiendo a la mitad del tiempo para que se doren de manera uniforme. También puedes hacerlos en sartén a fuego medio, moviéndolos constantemente hasta que estén crujientes y dorados. Una vez fríos, se conservan bien en un frasco hermético. Son perfectos para añadir a ensaladas, cremas, sopas o simplemente para disfrutar como snack.