Flor de Pascua: la planta que viste de rojo la Navidad y merece cuidados especiales

Desde su elección hasta su riego y ubicación, saber tratarla hará que la flor de Navidad de nuestras decoraciones dure mucho más allá de las fiestas.

La flor de Pascua es un clásico indiscutible de la temporada navideña. Su vistoso color rojo, su presencia en entradas, salones y centros de mesa la convierten en más que una planta: en un símbolo de celebración y calidez. Sin embargo, muchas personas la compran con ilusión y la ven perder su esplendor en semanas. Esto no tiene por qué suceder si conocemos algunos cuidados básicos.

Elegir bien y preparar su llegada

Al momento de comprarla, conviene fijarse en detalles clave para asegurarnos de llevar a casa una planta sana. Es recomendable escoger una planta cuyos tallos y raíces estén firmes, el follaje no tenga hojas marchitas y las brácteas se presenten sin daños. También se aconseja evitar plantas que hayan estado expuestas a corrientes de aire, temperaturas muy bajas o condiciones de estrés antes de la compra.

Ubicación y ambiente adecuados

Una vez en casa, la flor de Pascua requiere luz indirecta abundante, una temperatura moderada y estabilidad. Es importante evitar ubicarla junto a radiadores, chimeneas o en lugares con corrientes de aire, ya que estos factores aceleran la caída de sus hojas. La temperatura ideal se encuentra entre aproximadamente 16 °C por la noche y 22‑23 °C durante el día.

Riego y sustrato

El riego es uno de los cuidados más críticos para esta planta. El exceso de agua puede ser tan perjudicial como la falta, porque la planta no tolera bien los encharcamientos. Durante la temporada navideña, puede requerir riego unas dos veces por semana si la estancia es cálida, siempre asegurándose de que la capa superior del sustrato esté seca antes de volver a regar. También es importante asegurar buen drenaje y retirar agua acumulada en el plato bajo la maceta para evitar pudriciones.

Nutrientes

La flor de Pascua se beneficia de abonados moderados durante la temporada navideña para mantener sus hojas rojas y vigorosas. Además, se aconseja no moverla de sitio con frecuencia, ya que los cambios de ubicación alteran su estabilidad y pueden provocar la caída de las hojas.

¿Y después de Navidad?

Si se desea prolongar su vida más allá de las fiestas o intentar que vuelva a brillar el próximo año, se recomienda podarla, trasplantarla si es necesario y colocarla unos meses en un ciclo de oscuridad parcial (unas 12‑14 horas en habitación oscura) para inducir la formación de nuevas brácteas rojas.

La flor de Pascua no es una planta delicada que se marchita a mitad de diciembre: simplemente pide condiciones específicas. Con cuidados básicos, elección adecuada, luz indirecta, riego controlado, temperatura estable y algo de paciencia, puede acompañar la festividad con elegancia y color.