La Vieja Fiebre, una de las agrupaciones musicales más versátiles de El Salvador

La Vieja Fiebre, una de las agrupaciones musicales más versátiles de El Salvador

A 18 años de su nacimiento, La Vieja Fiebre sigue demostrando que algunas de las mejores historias de la música no se planean, suceden por “accidente”.

Lo que nació como una solución improvisada terminó convirtiéndose en una de las agrupaciones más queridas y versátiles de El Salvador. El músico William Cenna comenta que jamás imaginó que La Vieja Fiebre, aquel proyecto que armó “al vapor” en 2007 para cumplir con un evento que exigía música en inglés, llegaría a celebrar 18 años de trayectoria ininterrumpida. 

“Pensé que el grupo iba a durar dos o tres años, pero aquí seguimos, no por demanda, sino por el gusto de hacer música y ver la felicidad de la gente”, explica con satisfacción de saber que la agrupación ya casi llega a dos décadas en la escena artística.

Entre risas recuerda que todo comenzó cuando, al frente de Salsa Clave, recibió la invitación para tocar en la Embajada Americana. Su agrupación no interpretaba música en inglés, así que recurrió a varios amigos, exintegrantes de la recordada Fiebre Amarilla (de la época de oro). Aunque eran amigos cercanos, nunca habían tocado juntos, pero ese día “salió como que habíamos ensayado cien años”, agrega.

Foto: Guillermo López

Tras aquel exitoso debut, uno de los músicos sugirió que continuaran como grupo. Cenna aceptó, pero le pusieron una condición: él debía sumarse como pianista, lo que lo obligó a reorganizar Salsa Clave para poder sostener ambos proyectos. 

“Así se funda la agrupación, pero no sabíamos qué nombre le íbamos a poner, y el cantante de ese momento que se llama Manuel Gómez, que fue el vocalista de Fiebre Amarilla, dijo ‘aquí estamos la mayoría de la Fiebre y ya que no podemos usar el nombre, pongámosle La Vieja Fiebre’ y todos aceptaron. Y así quedó”, asegura Cenna.

Aunque al inicio las comparaciones con Fiebre Amarilla fueron inevitables, la agrupación pronto demostró que su esencia iba más allá de replicar estilos. La Vieja Fiebre se abrió paso en la escena nacional con un concepto claro: no encasillarse en un solo género. 

Foto: cortesía

Su propuesta abarca cumbia, merengue, salsa, bachata, pop, rock y hasta hip hop, en español e inglés. Un repertorio que responde a la diversidad del público y a la filosofía que los distingue.

“Tenemos para todos los gustos. Cuando vas a una fiesta con La Vieja Fiebre, saldrás complacido porque ahí están todos los géneros habidos y por haber. Nosotros somos un abanico de géneros. Tocamos canciones de Chayanne, Romeo Santos, Karol G, Juan Gabriel, Juanes y muchos más”, confirma William.

Éxito tras éxito

La agrupación comenzó con solo cinco miembros y ahora son siete. Así se ha ido consolidando como una orquesta completa y dinámica, abriéndose espacio en fiestas patronales, bodas y eventos sociales de todo tipo. Además, cuenta con más de 400 canciones entre originales y covers, una cifra que refleja su versatilidad y capacidad para conectar con diferentes generaciones.

Foto: Guillermo López

Para el vocalista Jorge Córdova, La Vieja Fiebre también representa un compromiso con la tradición musical salvadoreña: “Las orquestas de los 60 eran polifacéticas, les tocaban un corrido, metían marimba, pasodoble, cumbia, música americana. Ahora, nosotros estamos continuando ese legado”.

Por su lado, Ulises Argüello, vocalista y actual baterista, llegó a La Vieja Fiebre de manera inesperada. Cuenta que la agrupación andaba buscando a un conguero para tocar en un evento y por medio de un amigo en común que tenían con William, dieron con él. Y como vieron que tocaba bien, le dijeron que se quedara.

“Actualmente, no estoy tocando congas. Estoy tocando la batería y también canto. Así que yo me siento muy contento de estar en la agrupación, porque tengo amigos y compañeros que me han ayudado a crecer musicalmente. Yo toco desde los 14 años, es decir que tengo 46 años de ser músico”, detalla Ulises.

La historia de Israel Treminio, saxofonista, flautista y percusionista de la agrupación, también está marcada por la pasión heredada. Revela que desde los 12 años ha vivido de la música. Y fue su papá el que le enseñó el amor por este arte desde que él era un niño. “Desde muy joven anduve en agrupaciones hasta que llegué a las filas de La Vieja Fiebre, donde me siento bien y a la cual le he puesto un gran amor”, añade, el salvadoreño de 70 años.

Los éxitos de la agrupación incluyen temas como “El pesado remix”, “Vientos de Navidad” y “Partido por la mitad”, piezas que se han vuelto infaltables en sus presentaciones y que mantienen su espíritu festivo intacto. Aun así, para Cenna, el sueño también es acercarse más al público. “Quisiéramos tener más contacto con el pueblo salvadoreño, que la gente disfrute más de La Vieja Fiebre”, añora.

Con la energía que los caracteriza, la agrupación mantiene vivo su lema: “La Vieja Fiebre: éxito tras éxito”, una frase que resume su esfuerzo, su crecimiento y su permanencia en el tiempo.

Así que, con motivo de celebrar el Día del Músico, La Vieja Fiebre invita al público salvadoreño a disfrutar de su concierto este sábado 22 de noviembre en el restaurante El Sombrero Azul, en Santa Tecla. La agrupación interpretará sus mejores éxitos en una jornada que iniciará a la 1:00 p. m. y se prolongará hasta las 6:00 p. m., ofreciendo cinco horas de pura celebración musical para todos los gustos.

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