Aunque la estrella de nuestro platillo es sin duda la carne, no hay nada como acompañarlo con guarniciones únicas que estén a su altura.
Una de las mejores cosas de la cocina es que nos permite crear y jugar con distintos sabores, texturas y colores. Aunque existan millones de recetas, lo cierto es que no hay nada escrito en piedra, y una de las mayores virtudes de cualquiera que decida empezar a pulir sus habilidades culinarias es la versatilidad.
En el mundo de los asados existen ciertos acompañamientos que se han vuelto recurrentes y no es para menos. Así como el casamiento, chimol, cilantro fresco, vegetales asados, chimichurri y demás, no solo hacen que nuestro asado suba de nivel, sino que se han convertido casi que indispensables en estos platillos. Sin embargo, esto no significa que sean los únicos que quedan bien.
La esencia de la cocina recae en la capacidad de crear y combinar sin miedo. Para el chef Alejandro Cuellar un asado debe ser rústico, por ende, acompañarlo con sabores propios de un lugar es lo ideal. En este juego de combinar y probar podemos encontrar sabores que no imaginábamos que podían encajar de forma perfecta, sin opacar a la estrella: el asado.
De este modo, sabemos que una costilla de cerdo cocinada a las brasas queda perfecta con una papa al horno, pero gracias a la creatividad de algunos, descubrimos que una salsa de loroco ahumado por encima de nuestra papa convierte a este platillo en un viaje de sabores como ninguno.
Sin embargo, también es válido dejar de lado los típicos aperitivos que suelen acompañar nuestros asados y salir de nuestra zona de confort. Y qué mejor forma de hacerlo que con dos opuestos como lo son la carne roja y el pescado. Imagina la frescura de un ceviche preparado con cebolla morada, cilantro, pescado y juego de limón, para luego degustar un pedazo de carne jugosa y caliente. Lo liviano y pesado se juntan para darnos una explosión de sabores, texturas y colores completamente distintos dándonos como resultado armonía pura.
Esa es la magia de la cocina. La magia de los asados. Poder experimentar y descubrir todo un mundo de sabores y contrastes que convierten nuestra comida en una experiencia culinaria única e incomparable.