Estos recintos son el epicentro de la vida cultural y artística de El Salvador. En sus escenarios han desfilado figuras que han dejado una huella imborrable, y siguen siendo un semillero para nuevos talentos.
Durante más de un siglo, tres teatros han sido los espacios donde se han gestado las grandes historias y representaciones artísticas de El Salvador: el Teatro Nacional de Santa Ana, el Teatro Nacional de San Miguel y el Teatro Nacional de San Salvador. Estos recintos han sido testigos de innumerables expresiones artísticas y también de los movimientos culturales y sociales que han marcado la historia del país.
Con sus fachadas imponentes y sus tonalidades, estos espacios se consagran como los guardianes de unas de las ciudades más importantes del territorio salvadoreño.
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Cada uno de estos sitios ha sido crucial para el desarrollo cultural de El Salvador, ya que en ellos se han forjado los sueños de miles de artistas y se ha germinado la vida cultural del “Pulgarcito de América”. Hoy, como en el pasado, siguen siendo un punto de referencia, de aprendizaje y de reflejo de la riqueza artística de la nación.
Por ello, a continuación, te detallamos algunos datos importantes de estos tres teatros salvadoreños.
Teatro Nacional de San Miguel
Las cálidas tierras de San Miguel resguardan uno de los monumentos más preciados del oriente del país: el Teatro Nacional Francisco Gavidia. De acuerdo con datos históricos del Ministerio de Cultura, este recinto abrió sus puertas al público el 31 de diciembre de 1909, a medianoche y con la obra “La viuda alegre” de Franz Lehar, la cual estuvo a cargo de la Compañía de Teatro de Lupita Unda.
Ochenta y dos años después, específicamente en 1991, fue declarado Monumento Nacional. El teatro es de estilo neoclásico y alberga en su interior la Gran Sala, un área principal con forma de lira, con capacidad para 450 butacas. Además, dispone de dos salones: el lobby, en el primero y el foyer, situado en el segundo nivel. También cuenta con cuatro terrazas accesibles para el público.
Teatro Nacional de Santa Ana
Por su parte, el Teatro Nacional de Santa Ana se inauguró el 27 de febrero de 1910 y fue declarado Monumento Nacional en 1982. En su momento, el recinto fue creado para presentaciones de ópera, por ello se construyó una caja de resonancia para optimizar la acústica. La Compañía de Ópera Sigaldi y la Ópera Rigoletto fueron los primeros elencos en estrenar su escenario.
Por más de un siglo, las tablas de este teatro han visto actuar a cientos de elencos nacionales e internacionales y ver reír a miles de espectadores que han tenido la oportunidad de sentarse en sus butacas para dejarse cautivar por icónicas puestas en escena.
“Es un inmueble de estilo ecléctico por las diversas influencias arquitectónicas: arcos de medio punto del románico, columnas compuestas del estilo griego, tímpanos del grecorromano, almohadillados y frontones del Renacimiento”, detalla Ministerio de Cultura en su sitio web.
El teatro está ubicado en lo que se conoció como el Portal de Los Bernal, frente al parque Kessels de la ciudad de Santa Ana.
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Teatro Nacional de San Salvador
Por último, pero no menos importante, el Teatro Nacional de San Salvador, fue construido con estilo renacentista francés y bajo el sistema Hennebique (hormigón armado). El diseño estuvo a cargo del arquitecto francés Daniel Beylard. Y fue inaugurado por el presidente Carlos Meléndez el 1 de marzo de 1917.
El recinto cuenta con cuatro espacios: Gran Sala, Pequeña Sala, Sala de Cámara y Café Teatro; así como el foyer y el vestíbulo, que son dos espacios para exposiciones.
La Gran Sala cuenta con 500 asientos, distribuidos en tres niveles entre los cuales destaca el exclusivo palco presidencial. Además, en ella se encuentra una cúpula elipsoidal que contiene un impresionante mural del pintor Carlos Cañas, combinado con una lámpara de cristal.
En este teatro puedes disfrutar de recorridos guiados, de miércoles a domingo, en horarios de 1:00 p.m. a 8:00 p.m. (los horarios están sujetos a cambios). El costo es de $1 nacionales, $2 centroamericanos y $5 extranjeros.
En la actualidad, estos tres teatros siguen siendo la cuna de conciertos, encuentros culturales, espectáculos artísticos y exposiciones de arte, así como el espacio donde artistas nacionales e internacionales logran alcanzar la fama. Por esa razón, son unos de los principales atractivos de El Salvador.