El juicio por el asalto que sufrió Kim Kardashian en su habitación de hotel en París en 2016, comenzó este lunes en un tribunal de la capital de Francia, sin la presencia de la estrella de la telerrealidad estadounidense, que testificará en mayo.
La vista, presidida por el magistrado David De Pas, comenzó hacia las 14H40 hora local (12H40 GMT). Los diez acusados, nueve hombres y una mujer, se sentaron en el banquillo, pero compararon en libertad.
El juicio por el asalto espectacular a Kim Kardashian en su habitación de hotel en 2016 durante la Fashion Week de París, donde unos ancianos delincuentes en bicicleta le robaron diez millones de dólares en joyas, comenzó este lunes en la capital francesa.
Rodeado de una enorme expectación mediática, el proceso, presidido por el juez David De Pas, debe transcurrir hasta el 23 de mayo en el histórico Palacio de Justicia de París.
La primera vista se abrió hacia las 14h40 (12h40 GMT) sin la presencia de la superestrella de 44 años, que tiene previsto testificar en persona el 13 de mayo.
Los diez acusados son 9 hombres y una mujer, cuyo promedio de edad rondaba los 60 años en el momento del robo. Nueve años después, muchos tienen el pelo blanco y algunos llevan bastón o audífono.
En ausencia de Kardashian solo parte de los 400 periodistas acreditados se desplazaron para este primer día de juicio ultramediático.
Para Aomar Ait Khedache, apodado «Omar el vijo», a punto de cumplir 69 años y que ha perdido la audición y el habla, estenotipistas transcriben la audiencia. Responde escribiendo con la mano en un retroproyector que reproduce sus palabras. Y a veces levanta el pulgar para decir que sí
El ex boxeador Didier Dubreucq, apodado «Ojos azules», recibió las autorizaciones de la corte para ausentarse a su quimiterapia. Y tres acusados recibieron permiso del presidente del tribunal para ir a orinar cada vez que lo necesiten.
También en el banco de los acusados está Christiane Glotin (78 años), una pequeña anciana chic, y Yunice Abbas (71 años), relajada ante la corte y que desea pedir excusas a Kardashian, según su defensa.
– Anillo de cuatro millones –
El 3 de octubre de 2016, hacia las 03h00 de la madrugada, dos hombres encapuchados irrumpieron con punta de pistola en la habitación de hotel en la que se alojaba la famosa influyente estadounidense, que estaba en París para asistir a la Semana de la Moda.
Los asaltantes la apuntaron con una pistola y uno de ellos, según el relato de Kardashian a la policía, se dirigió a ella en inglés con «un fuerte acento francés» y le pidió que le diera su anillo.
Después, la ataron y amordazaron y la encerraron en el cuarto de baño.
El anillo era la alianza de compromiso que le había regalado su marido de entonces, el rapero Kanye West, una joya valorada en cuatro millones de dólares, y que Kardashian, que entonces tenía 35 años, exhibía en las redes sociales al igual que el resto de su vida.
Kardashian colgaba frecuentemente en las redes sociales publicaciones en directo sobre donde estaba, por lo que la tentación era demasiado fuerte para los «abuelos ladrones», como los apodó la prensa por su edad, que entonces rondaba los 60 años.
«No fue un gran robo a mano armada», sino un «trabajo fácil», declaró el principal acusado, Aomar Ait Khedache, identificado por su ADN. El ladrón reconoció que había atado a Kardashian, pero niega ser la cabecilla, como afirman los investigadores.
– «Bandidos a la antigua» –
El asalto fue rápido –unos diez minutos–, pero dejó traumatizada a la superestrella.
En total, los ladrones se llevaron 10 millones de dólares en joyas. Este caso es considerado el mayor robo a una persona en los últimos 20 años en Francia.
De todo el botín, solo se encontró un collar en la calle que los atracadores dejaron caer durante su huida. Se cree que el oro fue fundido y los investigadores, que incautaron cientos de millas de euros en casa de los ladrones, piensan que una gran parte de las joyas fue vendida en Bélgica.
Estos «bandidos a la antigua», como los calificaron los investigadores, fueron detenidos tres meses después del robo.
Kardashian, estrella de la telerrealidad y empresaria multimillonaria muy influyente en las redes sociales, contaba con unos 84 millones de seguidores en Instagram en 2016. Hoy ascienden a 357 millones.
Pero, sus atracadores parecían conocer poco de ella. En el hotel, amenazaron al recepcionista, al que preguntaron por «la esposa del rapero». No se dieron cuenta de quién era realmente hasta después, cuando vieron el alcance mediático e internacional del robo.
Crónica del asalto en Paris en 2016
Una banda de «abuelos ladrones» bien informados sobre la agenda de Kim Kardashian robó en minutos diez millones de dólares en joyas a la estrella de la telerrealidad estadounidense en su habitación de un hotel en París en 2016. Esta es la crónica del llamado «robo del siglo».
La noche del 2 de octubre, Kim Kardashian asistió al desfile de Givenchy por la Semana de la Moda de París, y regresó a su hotel con amigos hacia la medianoche. Su guardaespaldas estaba ausente, ya que acompañó a su hermana Kourtney ya su asistente a una discoteca.
Te puede interesar: Grupo Niche regresa en mayo a El Salvador
Poco después, en la madrugada, los amigos de Kim Kardashian se van y ella sube a su habitación, en la planta de arriba de este apartamento del lujoso hotel exclusivo y discreto, conocido como «No Address» («Sin dirección»), escondido detrás de una gran puerta roja, a dos pasos de la iglesia de la Madeleine.
Kardashian escuchó un ruido en las escaleras y pensó que se refería a su hermana y su asistente. Los saludó de lejos, sin respuesta.
En ese momento, pensó que algo no iba bien y trató de llamar a su guardaespaldas, pero era demasiado tarde: dos hombres encapuchados irrumpieron en su habitación.
Los atracadores, experimentados ladrones de unos sesenta años, según la acusación, llegaron unos minutos antes andando y en bicicleta.
La lujosa residencia donde se alojó Kardashian era conocida entre los famosos por su discreción absoluta: no tiene una fachada reconocible ni página web.
Pero, la puerta principal estaba a menudo abierta y sus cámaras de seguridad apagadas para una mayor intimidad, varios elementos combinados para crear un asombroso fallo de seguridad.
El vigilante esa noche no sospechó al ver a un grupo de hombres presentarse en la puerta vestidos con uniforme y gorra de policía.
«¿Están aquí otra vez por la coca?», preguntó, como relató después uno de los asaltantes.
Los ladrones apuntaron al recepcionista con una pistola y le obligaron a arrodillarse. «¿La esposa del rapero?», le preguntaron, en referencia a Kanye West, entonces marido de Kardashian.
Redacción AFP