Las plantas juegan un papel vital en la preservación de la biodiversidad, ya que garantizan el ciclo continuo de la naturaleza al proporcionar alimentos a otras especies y regular el clima.
En los primeros meses del año, El Salvador experimenta un período de floración que resalta por su diversidad y adaptabilidad a las condiciones climáticas del territorio. Además de los árboles, muchas especies de plantas realizan durante este tiempo la antesis, es decir, la etapa en la que la flor se expande hasta que está completamente desarrollada y funcional.
La especie que más sobresale en los hogares es la veranera (Buganvilias), una planta trepadora que se caracteriza por su resistencia a las altas temperaturas. Sus flores, de tonos intensos como el morado, el rosa o el amarillo, decoran fachadas y jardines, convirtiéndose en un símbolo que anuncia la llegada de la temporada de lluvias.
Para el biólogo Roberto Amado, otras especies ornamentales que también florecen en estos meses son los geranios (Geranium), las rosas (Rosaceae), los claveles (Caryophyllaceae), los lirios (Lilium) y las gardenias (Rubiaceae).

“En ese caso, dependerá de cada tipo de planta el cuidado que se le da en el hogar. Siempre es necesario mantener la humedad del suelo para que la planta pueda tener acceso al agua, ya que, durante la época de floración, las plantas invierten mucha de su energía para llegar a este punto de floración y, de cierta forma, garantizar su reproducción”, comentó.
De acuerdo con el biólogo, las plantas no solo aportan belleza visual al entorno, sino que también desempeñan un rol fundamental en el hábitat, puesto que sus flores sirven como fuente de alimento para polinizadores, como abejas y colibríes, lo que contribuye al equilibrio del ecosistema.
En el estado salvaje, las campanillas (Campanulaceae) son de las plantas más esenciales para los insectos. Esta especie juega un papel importante en la polinización al atraer abejas, pues sus flores, de tonos morados, blancos y rosados, tienen una forma característica de campana, que facilita que estos polinizadores se posen sobre ellas y accedan al néctar que se encuentra en su interior.

Por otro lado, el biólogo Gabriel Cerén recomienda que, si las personas desean sembrar plantas de la vida silvestre en sus jardines, lo primero que deben tener en cuenta es el clima, ya que la temperatura debe ser la misma a la que ellas han estado adaptadas.
Además, señala que la mejor época para plantarlas es “a finales del período seco, es decir, entre finales de abril y mayo, porque eso garantiza de que va a tener todo el período de lluvia para que se pegue”.
Asimismo, Cerén aconseja extraer un poco de sustrato en el que se ha criado la planta para mezclarlo con la tierra nueva en la que será trasplantada.
Para finalizar, ambos biólogos concuerdan que es importante incluir jardines en el hogar porque desintoxican el aire del ambiente y reducen significativamente el calor en época seca.