Estos árboles, además de embellecer el entorno con sus flores coloridas, sirven de refugio para una gran diversidad de fauna en el territorio salvadoreño. ¡Descubre los secretos de estos árboles!
A pesar de ser un país pequeño en tamaño, El Salvador es un verdadero tesoro de belleza natural, capaz de enamorar tanto a locales como a visitantes con sus magníficos paisajes verdes entre los meses de enero y mayo de cada año, cuando el período de floración de muchos árboles provoca un espectáculo visual en bosques y ciudades.
Durante esta época, la naturaleza parece cobrar un resplandor único e invadir todo el territorio salvadoreño con su encanto, mostrando al mundo el corazón palpitante de este pequeño, pero fascinante rincón de Centroamérica.
Según Gabriel Cerén, biólogo y experto en botánica, “el período de floración en El Salvador tiene que ver con la cantidad de luz solar que reciben los árboles durante este tiempo. Ahorita ha comenzado a ser más intenso el calor y eso genera una explosión en la floración de estas especies”.
El experto destaca que, en esta estación seca, los árboles se preparan para la época lluviosa —que generalmente inicia en mayo—, y lo demuestran floreciendo a todo lo que dan, transformando los espacios en paisajes llenos de vida.
Cabe señalar que cada árbol tiene su propio tiempo de floración: algunos lo hacen a principios de año, mientras que otros a mediados. Así que es necesario descubrir sus curiosidades.
El Maquilishuat

En las zonas central y occidental del país, a este árbol —que puede alcanzar los 25 metros de altura— se le conoce como Maquilishuat, mientras que en el oriente se le llama Maculis, Maquiligua o Macuilís.
Sus flores, de tonalidades rosadas, moradas y blancas, no solo embellecen el paisaje salvadoreño, sino que también son un símbolo de la identidad nacional.
El 26 de junio de 1939, este el maquilishuat fue declarado árbol nacional (junto con el bálsamo) por medio de un decreto ejecutivo emitido por la Secretaría de Agricultura, el cual fue publicado en el Diario Oficial del 5 de julio de ese mismo año, tomo 127, n.º 144.
Su nombre proviene del náhuat, específicamente de los vocablos “makwil” que significa “cinco” e “iswat” que se traduce como “hoja”. Esto debido a que sus hojas se encuentran agrupadas de cinco en cinco. Aunque científicamente es conocido como Tabebuia rosea y pertenece a la familia Bignoniaceae.
El Cortez Blanco

Según el biólogo Gabriel, el nombre científico del Cortez Blanco es Tabebuia Donnell-Smithii y se caracteriza por sus racimos de flores amarillas que adornan los bosques y las urbanizaciones desde finales de diciembre hasta febrero.
Un dato interesante es que el nombre común de esta especie, que puede alcanzar una altura de 25 metros, no hace referencia al tono de sus flores amarillas, sino a su corteza, que es blanca.
San Andrés

Las flores de San Andrés son únicas, pues tienen formas de “trompetillas” y un intenso color amarillo.
Este árbol es poco llamativo cuando no está en período de floración, pero cuando lo está muchas personas lo confunden con el Cortez Blanco ya que ambos comparten la misma tonalidad de flores. Su nombre científico es Tecoma Stans, y puede alcanzar hasta 15 metros de altura.
Madre Cacao

Gliricidia Sepium es su nombre científico y es originario de América Central. Se encuentra en diversos hábitats tropicales y subtropicales, que van desde México hasta Sudamérica. Este árbol puede alcanzar una altura de hasta 15 metros, sus flores son de color rosado, con tintes blancos o lilas y franjas amarillentas.
De acuerdo con Cerén, la estructura de la flor del Madre Cacao es similar a la del chipilín, con la diferencia de que las flores del chipilín son amarillas, mientras que las de este árbol son rosadas.
Asimismo, agrega que el Madre Cacao es valorado por su rápido crecimiento y su capacidad para adaptarse a diferentes condiciones climáticas y tipos de suelos.
Árbol de Cincho

Este árbol mide hasta 28 metros de altura y es conocido científicamente como Lonchocarpus Salvadorensis. “Su floración es bien parecida a la del Maquilishuat, de tonos rosados, nada más que las flores de este árbol son más pequeñas, como estar viendo la flor de un Madre Cacao”, añadió Cerén.
Se le conoce popularmente como Árbol de Cincho debido a que de su corteza se elaboran aros o cinchos para quesos y cedazos. En otros países también lo identifican como Sangre de Chucho, ya que cuando se hace un corte en la corteza interior del árbol, se puede observar que fluye un líquido resinoso.
Finalmente y más allá de sus curiosidades, es importante destacar que todos estos árboles ayudan a mantener la biodiversidad en el país, ya que ofrecen refugio y alimento a diversas especies de fauna, son purificadores de aire y reducen la temperatura del suelo.