El alto impacto global de la serie, sumado a su carga simbólica y crítica social, hace que la idea de una expansión territorial resulte atractiva para Netflix.
La escena final de la tercera temporada de El juego del calamar ha encendido las alarmas y generado especulaciones en todo el mundo: ¿La historia podría continuar en Estados Unidos? Aunque Netflix no ha confirmado oficialmente una nueva producción, el sorpresivo cameo de la actriz Cate Blanchett en el último episodio ha dejado abierta esa posibilidad.
En la secuencia final, Blanchett aparece en un callejón de Los Ángeles, jugando “ddakji” con un potencial concursante, replicando el ritual de reclutamiento visto en las primeras temporadas. El detalle no pasó desapercibido y rápidamente alimentó teorías sobre una versión estadounidense del sangriento juego surcoreano.
Hasta el momento, ni Blanchett ni Netflix han emitido declaraciones oficiales sobre su participación futura en la franquicia. Sin embargo, el cierre de la tercera temporada ha sido interpretado por muchos como un “puente narrativo” hacia nuevos escenarios, dejando a la audiencia expectante ante lo que podría convertirse en la siguiente fase de una de las ficciones más influyentes de la década.
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No obstante, el creador de los juegos, Hwang Dong-hyuk, fue entrevistado por The Hollywood Reporter y aclaró todos esos rumores.
«No lo terminé así para dejar deliberadamente espacio para que sucedieran más historias. Gi-hun y el Líder, a través de estos personajes, han puesto fin a los Juegos en Corea. Y como esta historia empezó con el deseo de abordar temas como la competición sin límites y el sistema que se crea en el capitalismo tardío, quise dejarla con una nota que resaltara el hecho de que estos sistemas, aunque uno caiga, no es fácil desmantelar todo: siempre se repetirá. Por eso quise terminarla con un reclutador estadounidense. Y escribí esa escena queriendo un final impactante para la serie, no para abrir espacios a nada más”, acuñó.
El juego del calamar se convirtió en un fenómeno mundial desde su estreno en 2021, y su tercera temporada, lanzada el pasado 27 de junio, rompió récords de audiencia en la plataforma. En solo tres días, acumuló más de 60 millones de vistas y casi 370 millones de horas reproducidas, consolidando su lugar como la serie más exitosa en la historia de Netflix.
El alto impacto global del programa, sumado a su carga simbólica y crítica social, hace que la idea de una expansión territorial resulte atractiva para la plataforma, que ya ha explorado formatos similares con realities y adaptaciones.
