El olor a humedad que nadie quiere cerca

Sabemos que, en invierno, secar la ropa se vuelve todo un reto. Entre los días nublados, la humedad persistente y la falta de sol, es común que las prendas tarden horas —o incluso días— en secarse completamente… y cuando por fin lo hacen, tienen ese olor a humedad que nadie quiere.

Pero no te preocupes, en XPOT te compartimos algunos trucos caseros y efectivos para que tu ropa huela bien, aunque se seque en sombra.

Clean, fresh, bright clothes are dried after being washed in the outdoors, the linen are hung on a clothesline and fastened with clothespins, in the countryside, on a summer day.

1. No la dejes mucho tiempo en la lavadora

Apenas termine el ciclo de lavado, saca la ropa lo más pronto posible. Si la dejas mucho rato húmeda y encerrada, ya comienza a oler mal aunque aún no esté tendida.

2. Usa vinagre blanco o bicarbonato

Durante el lavado, agrega media taza de vinagre blanco o una cucharada de bicarbonato de sodio al enjuague. Ambos neutralizan olores, eliminan bacterias y dejan la ropa más suave.

3. Seca en espacios ventilados

Aunque no entre sol, asegúrate de que el lugar tenga buena circulación de aire. Una ventana abierta, un ventilador o incluso un deshumidificador pueden ayudar muchísimo.

4. Dale aunque sea 15 minutos de sol

Si hay un pequeño “claro” de sol, aunque sea breve, aprovéchalo. Solo unos minutos al sol directo bastan para matar bacterias que causan malos olores.

5. Usa suavizante con fragancia intensa

Hay productos diseñados para dejar fragancias duraderas en la ropa. Si sabes que no va a haber sol, opta por suavizantes potentes o cápsulas de lavado con aroma encapsulado.

6. No pongas mucha ropa junta

Colgar mucha ropa junta impide que el aire circule. Deja espacio entre prenda y prenda para que la humedad no se quede atrapada.

7. Voltea la ropa al menos una vez al día

Si tarda mucho en secarse, dale vuelta a las prendas para que no acumulen humedad en un solo lado. Esto acelera el secado y reduce la posibilidad de hongos o moho.

8. Si ya huele feo… ¡vuelve a lavarla!

No intentes “arreglarla” con perfume o plancha. Lo mejor es volver a lavarla, pero esta vez con vinagre y agua caliente si la tela lo permite.

Conclusión: que llueva, pero que no huela

La lluvia no tiene por qué ser enemiga de tu ropa limpia. Con estos consejos, puedes decirle adiós al clásico “olor a ropa guardada” y mantener tus prendas frescas, incluso en la sombra.

Porque sí, en invierno todo se moja, pero tu ropa no tiene por qué oler mal.