El teatro, el arte que tiene el poder de transformar y sanar a quienes lo viven

El teatro es un refugio para el alma, un espacio donde las emociones se liberan y la mente se renueva.

El teatro es un arte sanador. Desde el momento en que se encienden las luces y se abre el telón, te desconectas de la vida cotidiana y te introduces en un mundo mágico, donde puedes olvidar las preocupaciones del día a día para reír, llorar, soñar y disfrutar con cada movimiento y diálogo de los actores sobre el escenario.

Pero el poder del teatro no se limita solo a quienes lo observan. Los que pisan las tablas también experimentan una transformación profunda. El impacto que tiene sobre los actores es igualmente poderoso, si no más, ya que en el escenario se encuentran con una conexión única: con ellos mismos y con la audiencia, creando una experiencia compartida que va más allá de la interpretación.

La actriz salvadoreña, Rebeca Castro, concuerda con ello, pues en su carrera como actriz de teatro y de cine ha comprobado que este arte le ha permitido conocerse y entender más a las personas que le rodean.

“Si hay algo que te enseña la actuación, es conocerte. Me ha ayudado a entender mis mecanismos de defensa, de ataque, emocionales, físicos y racionales. Hay que entender que nunca dejas de conocerte y es fascinante que se abra esa puerta de tener curiosidad de ti mismo (…) Siento que lo más bonito es el autoconocimiento”, comenta.

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Rebeca Castro, actriz de teatro y cine. Foto: cortesía

Rebeca, quien comenzó en el mundo de la actuación en 2008, ha comprobado que la educación actoral que recibió durante cuatro años gracias a una beca del programa “Jóvenes Talentos” le ha dado las herramientas necesarias para convertirse en una actriz capaz de encarnar personajes de diversos géneros y estilos, lo que le ha permitido destacar en producciones como “Ricardo III”, “Lulú”, “Mala Sangre” y muchas más.

“El teatro es un entrenamiento permanente, esto quiere decir que permanentemente tienes que estar entrenando el cuerpo, la voz y las emociones, y eso hace que tus capacidades físicas como la fuerza, la elasticidad, la coordinación y la resistencia se mantengan. Igual con tu voz, tu dicción, articulación y tu respiración tienen que estar todo el tiempo en entrenamiento”, añade.

A lo largo de estos años, ser constante y dedicada, le ha ayudado a Castro a mejorar su postura, ser creativa, tener más conocimiento de su cuerpo e incrementar sus capacidades físicas y mentales.

La actriz afirma que representar personajes y situaciones intensas le ha facilitado liberar emociones reprimidas y procesar sentimientos difíciles de una manera constructiva, así como reducir el estrés y la ansiedad.

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Foto: cortesía / Rebeca Castro

“Yo creo que, en general, el arte te tiene que ayudar a transformar el dolor en creación. Yo no puedo enfrascarme en mis depresiones ni en mis ansiedades, tengo que transformar esas sensaciones en una obra de teatro”, afirma.

A raíz de eso, se puede entender que el teatro no solo entretiene, sino que también tiene el poder de transformar, liberar y conectar a las personas con sus emociones más profundas, ya sea para quienes están sobre las tablas o para aquellos que disfrutan desde la butaca.