José Montoya, uno de los grandes músicos de Los Beats de la década de los 60

El músico José Montoya recuerda el éxito de Los Beats en la década de los 60

A través de su guitarra y su voz, Chepe Montoya sigue conectando con nuevas generaciones y reviviendo aquellos tiempos de las buenas épocas en las que forjó su trayectoria como músico.

Cuando su abuelo rompió su primera guitarra, José Montoya no se dio por vencido. Compró otra, la escondió y siguió tocando en secreto. Tiempo después, siendo un joven de 15 años, decidió convertirse en guitarrista y cantante de Los Beats, una de las bandas más emblemáticas del rock salvadoreño de la “época de oro” de la música en el país.

Fue precisamente en 1967 cuando Chepe, como cariñosamente lo conocen, formó parte de esta agrupación y comenzó su sueño como artista. Para entonces, el rock estaba de moda, pero Los Beats se inclinaban hacia un estilo más romántico y tranquilo, influenciados por grupos extranjeros como Abracadabra y Los Iracundos. “No tocábamos un rock pesado, sino uno medio romántico, baladas rock”, aclara.

La formación original de Los Beats incluía a Ángel Gutiérrez en los teclados, Mario Mena en el bajo, Germán Mangandi en la guitarra y Roberto Castro en la batería. Montoya se unió al grupo cuando ya estaba conformado y rápidamente se ganó un lugar gracias a su talento con la guitarra y su capacidad para cantar.

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Foto: Guillermo López

“A mí me llamaron Los Beats, quienes ya estaban formados, es decir, organizados. Y de repente les gustó cómo yo tocaba la guitarra y me quedé. En ese grupo todos cantábamos y tocábamos instrumentos. Los cinco éramos cantantes. Así fue como en 1967 me uní a ellos, quienes ya existían desde 1966. Nacieron en la colonia 10 de Septiembre”, relata Chepe.

El nombre de la banda tiene un significado especial, pero muy pocos lo conocen, alega Montoya. Los Beats surgieron de la fusión entre Los Kiriaps y Los Beatles Salvadoreños, quienes tocaban música de The Beatles de Inglaterra. De acuerdo con el artista, la palabra “Beats” simboliza ritmo, golpe y latidos del corazón, un reflejo de la pasión que la banda ponía en cada interpretación.

Como muchos músicos de esa época, Montoya y sus amigos comenzaron de manera empírica. “Aprendíamos uno del otro. Empezamos con guitarras acústicas, que se les llamaba vulgarmente guitarras de palo, y después adquirimos guitarras eléctricas”, rememora.

Una pasión con sacrificio

Sin embargo, no todos los jóvenes contaban con la aprobación de sus padres para incursionar en la música. En su caso, su abuelo, quien pagaba sus estudios, le prohibió tocar y formar parte de agrupaciones. Incluso le rompió su primera guitarra y dejó de apoyarlo económicamente en su formación educativa.

“Como no le hice caso, me suspendió los estudios, así que tuve que pagar yo mi colegio. Yo salí de bachiller y luego fui contador, pero saqué todo a pura música. Y es que lo que ganaba en la música lo invertía en pagar mi colegio, en mis estudios”, revela.

Los Beats empezaron tocando en graduaciones de colegios y bares de San Salvador, pero rápidamente su popularidad creció y comenzaron a presentarse en otros departamentos del país y en Centroamérica. Montoya recuerda que viajaron a Nicaragua, Guatemala, Honduras, Costa Rica y México, llevando su música más allá de las fronteras salvadoreñas.

La banda también grabó con reconocidos sellos musicales de El Salvador, Nicaragua y México, y su repertorio alcanzó gran éxito, incluso más que en el “Pulgarcito de América”. Temas como “María la orgullosa”, “Verónica” y “Por qué llorar” se convirtieron en clásicos del rock nacional, tanto así que eran de los que más les solicitaban cuando se presentaban a tocar en los eventos.

“Yo creo que entre covers y originales, nosotros grabamos unas cuarenta canciones durante el tiempo que formamos Los Beats. Algunas sonaron. Las primeras no nos pegaron porque el grupo era muy nuevo; además, todavía no habíamos depurado el sonido, porque si comparamos las primeras grabaciones con las que hicimos dos o tres años después, hay una gran diferencia en el sonido”, añade.

Como otras agrupaciones, Los Beats adaptaban canciones del inglés al español, procurando mantener la esencia de los arreglos originales. “Así fue como comenzamos a inventar canciones y letras. Las grabábamos lo más parecido a la original, no para que las voces sonaran igual, sino para que el arreglo se mantuviera. Buscábamos que sonaran más o menos como la versión en inglés. A veces la versión en español pegaba más que la de inglés, porque la gente entendía lo que decía y la calidad del sonido era buena”, resalta Montoya.

El fin de Los Beats

Aunque estaban en una época fructífera, llena de éxitos y reconocimiento, la disolución de Los Beats se produjo alrededor de 1975, debido a motivos de estudios y trabajo de algunos jóvenes que la conformaban. Montoya se retiró del grupo tras una pelea con otro integrante, aunque siguieron siendo amigos. Posteriormente, algunos integrantes de Los Beats, junto a otros músicos, formaron la agrupación Hierro, con la que continuaron con éxito bajo esa nueva identidad.

Tras dejar Los Beats, Montoya continuó su carrera musical tocando con otros grupos como Nueva Generación, Los Die Blitz, la Orquesta de Don Paquito Palaviccini y Conga, esta última dedicada a la música tropical, donde grabó solo canciones originales. Además, desarrolló una carrera como solista, presentándose en restaurantes, bares, fiestas privadas y eventos internacionales, así como representando a El Salvador en Estados Unidos. También tuvo la oportunidad de ser telonero de artistas internacionales como Marco Antonio Solís, Abracadabra y Los Mitos de España.

A lo largo de sus 60 años de trayectoria, el salvadoreño ha recibido múltiples reconocimientos por su contribución a la música local. Entre ellos destaca el otorgado por la Dirección de Arte y Cultura de la Universidad de El Salvador en 2019, reconociendo su labor artística y su influencia en varias generaciones de músicos y amantes del rock nacional.

Actualmente, a sus 77 años, continúa deleitando a su público con un repertorio que abarca desde boleros y baladas hasta música tropical. “Yo nunca dejé de cantar. Empecé en 1966 y llevo más de 60 años en la música. Yo nací para esto, para la música”, dice, mientras recuerda los buenos momentos que vivió en su juventud.

José Montoya es un símbolo de perseverancia, creatividad y amor por la música. Su nombre está escrito en la historia de la “época de oro” que vivió el país hace más de seis décadas. Él es el reflejo de la pasión de muchos jóvenes de aquel entonces que transformaron la escena nacional con su talento.

REPERTORIO DE LOS BEATS

“Por qué llorar”

“María la orgullosa”

“Solo es”

“Seremos amigos”

“Ven y dime” 

“Tú me hiciste tan dichoso”

“Verónica”

“No hay razón”

“Ámame”

“Telstar”

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