La cuenta regresiva para la navidad terminó. Nos alistamos para compartir con las personas que más queremos y cumplir un año más con las tradiciones que se han vuelto parte de nuestra celebración. Entre ellas podemos mencionar la cena en familia, el arbolito de navidad o el intercambio de regalos. Sin embargo, aunque muchas de estas costumbres son casi universales, lo cierto es que cada región tiene sus propias particularidades que hacen de esta celebración algo especial.
Aunque El Salvador sea un territorio relativamente pequeño, cada rincón del país tiene sus propias formas de vivir estas fiestas. Desde la comida, la música y los adornos que dan vida a las casas durante la temporada navideña.
Es normal que lo primero que se nos ocurra cuando hablamos de navidad sea la comida. Algunos pensarán en el icónico pavo, las piernas de cerdo o las gallinas, sin embargo, para otros el sabor de esta fiesta son los tamales, el ayote con leche o una jícama fresca a las puertas de la iglesia, como es el caso de la Zona Oriental del país.
Pero las tradiciones trascienden los sabores y hay quienes asocian estas fechas con interminables ensayos hasta perfeccionar el repertorio de villancicos y cumbias para poder llevarlo hasta las casas y parques de los habitantes de Ahuachapán, quiénes, cada año, los reciben con los brazos abiertos y llenos de alegría.
Por otro lado están los que trabajan durante todo el año para poder tener listas cada una de las figuras que conforman el reconocido nacimiento de barro hecho por los artesanos de Ilobasco, en el departamento de Cabañas.
Aunque las costumbres no sean iguales, cada una de ellas busca acercarnos con las personas que nos rodean y qué mejor forma de rendirle honor a la navidad, una época de compartir, que traer hasta ustedes una porción de las diferentes tradiciones que se viven en algunos lugares del país, mostrándote como la magia se transforma y se manifiesta de distintas maneras. De nuestra parte, les deseamos la mejor de las navidades a nuestros lectores.