Es la segunda mujer transgénero en competir en Miss Universo, después de Rikkie Valerie Kolle de Países Bajos. Desde su adolescencia ha estado involucrada en varios proyectos sociales en Portugal. En sus 28 años de vida, Marina ha logrado mucho desde muy joven, impactando la vida de quienes la rodean. Desde que fue coronada Miss Universo Portugal, ha inspirado a muchas otras mujeres y se ha convertido en una líder inspiradora dedicada a crear un cambio real en la sociedad. Ella cree que la bondad y el potencial de cada mujer son ilimitados. Ella defiende la equidad y cree que la inclusión es la respuesta para detener la intolerancia.