Para muchos de nosotros es un santuario de infancia en el que alguna vez encontramos un momento de escape, risa y mucha diversión.
Desde hace casi 70 años, el Parque Infantil de Diversiones ha sido un refugio de esparcimiento, recreación, descanso y aprendizaje para muchas generaciones de salvadoreños que lo han visitado en reiteradas ocasiones.
Sin embargo, según datos del Instituto Salvadoreño de Turismo (ISTU), este espacio no siempre llevó este nombre ni fue originalmente un lugar de recreación para niños. Hace 133 años, específicamente el 12 de octubre de 1892, abrió sus puertas al público bajo el nombre de Campo Marte, llamado así en honor al dios romano de la guerra, ya que era un área destinada a ejercicios militares.
La historia revela que fue construido en los terrenos de la finca Guadalupe con fondos del Gobierno español, durante la administración del presidente Carlos Ezeta, quien estuvo al frente de El Salvador entre 1890 y 1894.



El Campo Marte fue escenario de importantes acontecimientos cívicos y culturales que marcaron su historia. Entre ellos se encuentran la celebración de los 400 años del descubrimiento de América en 1892 y el izamiento por primera vez de la bandera nacional en 1912.
En aquel entonces, el espacio contaba con canchas de fútbol, béisbol, básquetbol, voleibol y tenis. Incluso, en 1893, se construyó un hipódromo y un autódromo para carreras. Mientras que, en 1924, se transformó en el Estadio Nacional, función que ocupó por más de una década hasta que se construyó el Estadio Nacional Flor Blanca (hoy Mágico González) en 1935.

Fue hasta 1956, por iniciativa del entonces presidente Óscar Osorio, que dejó de llamarse Campo Marte para adoptar el nombre de Parque Infantil de Diversiones. Se concibió como un lugar destinado al ocio de las familias salvadoreñas, al que, un año después, se le incorporaron juegos electromecánicos. Desde entonces, ha sido un referente para la infancia de generaciones enteras de salvadoreños.
Un dato curioso es que resguarda uno de los monumentos más antiguos de El Salvador: el obelisco del Águila, denominado “Monumento a los héroes de 1880”, el cual fue construido en 1893 en homenaje a todos los salvadoreños que murieron en una de las guerras contra Guatemala. También se encuentra el “Monumento a la Madre”, el cual rinde tributo a las progenitoras salvadoreñas que luchan arduamente para sacar adelante a sus hijos.

Se dice que, al principio, el Parque Infantil tenía una extensión de 16 manzanas, sin embargo, con la construcción de edificios como el de la Procuraduría General de Pobres (hoy Procuraduría General de la República), el Ministerio de Justicia, el Instituto Nacional de los Deportes (INDES) y la ampliación de las calles aledañas, se redujo a cinco manzanas.
Además, no ha sido ajeno a los cambios del país. Ha resistido décadas de transformaciones sociales, crisis y desastres naturales.

De hecho, desde su fundación ha sido administrado por diferentes dependencias. De 1892 a 1956 fue dirigido por la Alcaldía Municipal de San Salvador. En 1976 pasó a ser dependencia del Ministerio de Educación; en 1990 lo condujo la dirección del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (hoy Ministerio de Cultura). Y desde el año pasado, está a cargo del Instituto Salvadoreño de Turismo (ISTU).
Según Daysi Bonilla, jefe de guardaparques del ISTU, recientemente el parque ha sido intervenido y se le han hecho algunas restauraciones para que sea un espacio digno para todas las familias. Las transformaciones han incluido la reparación de las vías y frenos del famoso trencito, y trabajos de pintura en los juegos electromecánicos, como los carruseles, los avioncitos y las lanchitas.






“Dentro de los trabajos que se han hecho como Instituto Salvadoreño de Turismo, tenemos la recuperación de áreas verdes (…) Se le ha hecho decoración al tren para que se le haga más atractivo a los visitantes y que a los niños les llame más la atención. También, se ha hecho el levantamiento de estructuras de juegos infantiles en las demás áreas”, detalla la jefa de guardaparques.
Bonilla revela que, además de las atracciones electromecánicas, los visitantes encontrarán en el recinto juegos infantiles al aire libre, como una pared de escalada, una pista para triciclos, instrumentos musicales, un domo con tobogán, otro para escalar, domos con números y uno más con puente y túnel.






“El uso de juegos electromecánicos para menores de 12 años es de $0.50 y el paseo en el trencito es de $1.00. El trencito tiene una capacidad para 30 personas y el recorrido tiene una duración de 4 minutos”, puntualiza Daysi.
Actualmente, el Parque Infantil está abierto de miércoles a domingo, de 9:00 a.m. a 4:00 p.m. El costo de entrada para nacionales es de $0.75; para centroamericanos y extranjeros residentes, $3.00; y para no residentes, $5.00. No obstante, los salvadoreños menores de 12 años, así como estudiantes y docentes con carné vigente, personas con discapacidad y adultos mayores de 60 años, entran gratis.