El adormecimiento de manos y pies es una sensación incómoda que, en la mayoría de los casos, es temporal y se debe a una posición incorrecta o compresión nerviosa. Sin embargo, también puede ser señal de un problema más serio.
El adormecimiento o la sensación de hormigueo en las manos y pies es algo que todos hemos experimentado en algún momento. Aunque en muchos casos es una sensación temporal que se resuelve al cambiar de posición, en otros puede ser un indicio de un problema de salud más serio. Entender las posibles causas detrás de esta sensación es crucial para mantener la salud de nuestro sistema nervioso y circulatorio. Aquí te contamos las razones más comunes y cómo puedes contrarrestar esta incómoda sensación.
Causas comunes del adormecimiento de manos y pies
1. Compresión nerviosa
Una de las causas más comunes del adormecimiento es la compresión de los nervios. Esto puede ocurrir cuando mantenemos una posición incómoda o durante mucho tiempo, como estar sentado o acostado de una forma que presiona los nervios de las extremidades. El adormecimiento suele desaparecer al cambiar de postura o al liberar la presión sobre los nervios.
Consejos para evitarlo:
- Evita estar mucho tiempo en una misma postura.
- Realiza estiramientos regulares si trabajas muchas horas sentado o de pie.
- Utiliza sillas ergonómicas que ofrezcan un buen soporte.
2. Deficiencia de vitaminas
La falta de ciertas vitaminas, especialmente las del grupo B (B12, B6 y B1), puede afectar la función nerviosa y provocar sensaciones de hormigueo o entumecimiento. La deficiencia de vitamina B12 es especialmente conocida por causar daño nervioso, lo que puede resultar en la pérdida de sensibilidad en las extremidades. Para contrarrestar esto: asegúrate de incluir en tu dieta alimentos ricos en vitaminas B, como carnes magras, pescado, huevos, lácteos, y vegetales de hojas verdes.
Si eres vegetariano o vegano, considera tomar suplementos de vitamina B12.
3. Neuropatía periférica
La neuropatía periférica es un trastorno del sistema nervioso que se presenta cuando los nervios periféricos, que transmiten señales entre el cerebro, la médula espinal y las extremidades, se dañan. Esta condición es común en personas con diabetes, pero también puede ser causada por infecciones, lesiones o exposición prolongada al alcohol.
Consejos para manejar la neuropatía periférica:
- Controla tus niveles de azúcar en sangre si eres diabético.
- Realiza ejercicios que mejoren la circulación, como caminar o nadar.
- Consulta a un profesional para el manejo adecuado de los síntomas.
4. Esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune que afecta el sistema nervioso central, dañando la mielina, la sustancia que recubre las fibras nerviosas. Esto interfiere con la transmisión de señales entre el cerebro y el cuerpo, lo que puede causar sensaciones de hormigueo, debilidad muscular y pérdida de coordinación, especialmente en las extremidades.
El tratamiento de la esclerosis múltiple requiere supervisión médica y puede incluir medicamentos para controlar los brotes y la progresión de la enfermedad.
La fisioterapia y la rehabilitación pueden ayudar a mejorar la movilidad y la fuerza en las extremidades.
5. Problemas circulatorios
La circulación sanguínea deficiente también es una causa frecuente de hormigueo en manos y pies. Las condiciones como la enfermedad arterial periférica (EAP) afectan el flujo de sangre hacia las extremidades, lo que puede provocar una sensación de frío, dolor y adormecimiento.
Cómo mejorar la circulación:
- Realiza ejercicios cardiovasculares, como caminar, correr o nadar, para mejorar el flujo sanguíneo.
- Evita permanecer sentado o de pie por largos períodos.
- Mantén una dieta saludable, rica en alimentos que favorezcan la circulación, como frutas, verduras, y pescado rico en ácidos grasos omega-3.
6. Enfermedad de Buerger
La enfermedad de Buerger es una afección rara que afecta los vasos sanguíneos de las manos y los pies, lo que provoca una inflamación de los mismos y, en consecuencia, reduce el flujo sanguíneo, lo que lleva a la sensación de adormecimiento y hormigueo.
La principal medida de tratamiento es dejar de fumar, ya que el tabaquismo es el factor de riesgo principal para esta enfermedad.
Es fundamental el control médico para evitar complicaciones graves, como úlceras o pérdida de extremidades.
No ignores estos síntomas; si experimentas hormigueo frecuente o dolor, busca atención médica para un diagnóstico adecuado y tratamiento oportuno.