Hay muchas formas de recibir un año nuevo, pero los salvadoreños tienen sus propias formas de darle la bienvenida a cosas nuevas.
Estamos a pocas semanas para las vísperas de navidad y año nuevo, celebraciones que suceden en todo el mundo pero en nuestro querido El Salvador se vive así:
Quemar pólvora
Se conoce más comúnmente como la reventazón de fin de año, y es que la gran mayoría de hogares salvadoreños compran todo tipo de pirotecnia para quemarla en noche buena entre risas, toques de nostalgia y bailes.
Las estrellitas, volcancitos, metralletas entre otros productos pirotécnicos o también llamados cuetes son los protagonistas el 31 de diciembre a la medianoche. Es tradición que en las principales zonas populosas del país se encuentren los famosos puestos de venta de pólvora, debidamente autorizados. Estos lugares son muy visitados por los salvadoreños, para adquirir los productos y quemarlos.
Abrazo de medianoche
Siendo un país tan pequeño y con gente tan cálida y hospitalaria es imposible que cuando llega la medianoche ese calorcito fraternal no se sienta y es un momento en el que se aprovecha para dar el abrazo de fin de año ya sea: en familia, entre amistades, hasta entre vecinos, ocasión que da paso para que se deseen las bendiciones, la prosperidad y salud para todo el año nuevo.
Comer 12 uvas de medianoche
La persona que realiza el ritual debe comer 12 uvas, no más, ni menos, esto simboliza los 12 meses del año y por cada mes se pide un deseo. Este fruto se asocia a la buena suerte, positividad y la espiritualidad.
El recalentado del 1 de enero
Tradición que la gran mayoría de salvadoreños hacen, del banquete que se preparó para la celebración de fin de año siempre guardan porciones que son el plato perfecto para el día siguiente, ya que muchos amanecen agotados y sin ánimos de cocinar, dispuestos a sólo a recuperar las energías.
Visitar las playas
Ir a refrescarse a las principales playas de la zona costera de El Salvador es una de las tradiciones que se dan el 25 de diciembre y el 1 de enero. Muchos salvadoreños preparan maletas para ir a descansar y distraerse después de un año de trabajar duro y estudiar mucho.
Todos los salvadoreños viven para esta época de fin de años todas estas tradiciones arraigadas e incluso los hermanos en el exterior aún conservan estas prácticas como recuerdo de su identidad.