Caliente como un tamal recién salido de la olla, y dulce como el jocote en su punto… así se viven los sabores salvadoreños en tres festivales que unen pasado, presente y futuro en torno a la mesa.
En El Salvador, la cultura y la gastronomía van de la mano. Cada plato cuenta una historia, y cada ingrediente tiene raíces profundas en nuestras tierras. Esta vez, nos detenemos a saborear tres festivales únicos que nos invitan a reconectar con nuestra identidad a través de los sentidos: el azul ancestral del añil, la calidez de un tamal recién cocido, y el dulzor jugoso del jocote corona. Todos, auténticos tesoros salvadoreños.
Octavo Festival del Tamal, San Pedro Perulapán
Si hay un plato que une a los salvadoreños, ese es el tamal. Y en San Pedro Perulapán, este manjar tiene su propio espacio de gloria en el Festival del Tamal, que llega este año a su octava edición.
Desde muy temprano, este domingo 21 de septiembre el distrito se llena de aromas irresistibles: más de 20 variedades de tamales esperan ser descubiertas. Los hay para todos los gustos: de pollo, de frijoles, de costilla, mixtos, de pato, con chile o nixtapite, e incluso versiones dulces con piña. Este festival no solo resalta la creatividad gastronómica local, sino que también se convierte en un punto de encuentro para quienes buscan reconectar con la cocina tradicional de nuestras abuelas, esa que se prepara con paciencia, fuego lento y mucho corazón.

Festival del Jocote Corona, Santiago de María
Este 21 de septiembre en las tierras altas de Usulután se llevará a cabo el Festival del Jocote Corona, este se ha convertido en un símbolo de orgullo local. Este fruto, de sabor entre dulce y ácido, tiene su propio festejo en Santiago de María, donde se celebrará la cuarta edición del Festival del Jocote Corona.
Durante la jornada, el parque San Rafael se transforma en un mercado lleno de color, música y sabor. Ocho productores locales ofrecerán directamente su cosecha, y los visitantes podrán degustar una amplia variedad de platillos elaborados con jocote: desde jaleas y conservas hasta bebidas artesanales. Además, más de 20 emprendedores se suman con productos creativos, haciendo de este festival un impulso para la economía local y una excusa perfecta para disfrutar en familia.

En cada uno de estos festivales, la gastronomía no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma. Son espacios donde el pasado se encuentra con el presente, donde el sabor se convierte en identidad y donde la comunidad se reúne para celebrar lo que somos.
Ya sea a través del azul del añil, el maíz de un tamal o la dulzura de un jocote, estos eventos nos recuerdan que los sabores también cuentan historias. Y en El Salvador, esas historias están vivas, listas para ser descubiertas… y saboreadas.
VII Festival del Añil, Suchitoto
Este 27 y 28 de septiembre, se llevara a cabo el VII Festival del Añil. Las calles empedradas y casas coloniales de Suchitoto es el escenario perfecto para rendir homenaje a uno de los productos más emblemáticos de nuestra historia: el añil. Este pigmento natural, que alguna vez fue conocido como el «oro azul» de Centroamérica, vuelve a teñir la ciudad en el VII Festival del Añil.
Durante dos días, el festival ofrece una experiencia multisensorial donde los visitantes pueden conocer el proceso artesanal del teñido con añil, participar en talleres, explorar muestras de arte y adquirir piezas únicas hechas a mano. Más allá del color, el evento celebra la memoria colectiva de las comunidades que han mantenido viva esta tradición por generaciones.