La inteligencia artificial sigue abriendo camino en nuestras ciudades, y esta vez lo hace al volante. Los taxis autónomos, sin conductor humano, ya están prestando servicio en distintas partes del mundo, marcando un antes y un después en la movilidad urbana.
Waymo: la apuesta de Google en EE. UU.
Waymo, la filial de vehículos autónomos de Alphabet (matriz de Google), lidera esta transformación en Estados Unidos. Su servicio Waymo One ya opera en ciudades como Phoenix, San Francisco, Los Ángeles y Austin. Con solo una app, los usuarios pueden pedir un taxi sin conductor, que llega a la ubicación indicada y realiza el trayecto de forma completamente autónoma.
La flota incluye vehículos eléctricos de última generación como el Jaguar I-PACE, cargados con sensores, radares y software inteligente. Según estudios recientes, estos taxis han demostrado ser más seguros que los conductores humanos, reduciendo los accidentes con peatones y ciclistas hasta en un 90 %.
Sin embargo, el camino no ha sido completamente libre de obstáculos. En 2024, Waymo retiró temporalmente más de 400 vehículos por fallos técnicos menores, y en ciudades como San Francisco ha enfrentado protestas y resistencia por parte de algunos ciudadanos preocupados por el tráfico y la seguridad.
China pone a prueba su propia flota autónoma con “taxis Apollo”
Del otro lado del mundo, las calles de Wuhan, China, se han convertido en escenario de una innovación similar. Desde febrero, la ciudad ha introducido más de 100 taxis sin conductor, impulsados por inteligencia artificial y accesibles para el público general.
El sistema es sencillo: los usuarios descargan una aplicación y piden su taxi indicando su destino. Una vez llega el vehículo, escanean un código QR en la ventanilla para desbloquear la puerta, se colocan el cinturón y presionan un botón para iniciar el trayecto. Así, sin conductor ni interacción humana, comienza el viaje.
Este avance ha despertado interés global por la accesibilidad del sistema y su funcionamiento fluido. Wuhan se posiciona así como una de las primeras grandes ciudades en implementar esta tecnología de manera práctica y masiva.
¿Maravilla o riesgo?
Aunque la idea de viajar sin conductor puede parecer de ciencia ficción, la tecnología detrás de estos vehículos se basa en millones de kilómetros de pruebas y aprendizaje automático. Las ventajas son evidentes: reducción de accidentes, mayor accesibilidad, eficiencia energética y eliminación de errores humanos. Sin embargo, los desafíos también son reales: preocupaciones por fallos técnicos, confianza del usuario, regulaciones legales y convivencia con otros automóviles.
Los taxis autónomos de Waymo y Wuhan son solo el inicio de una transformación mayor. A medida que la IA avanza, es probable que este tipo de transporte se vuelva cada vez más común. La pregunta ya no es si esta tecnología llegará, sino cuándo será parte del día a día en más ciudades del mundo