El sol, el mar y el cloro pueden dañar nuestro cabello: lo resecan, lo debilitan y alteran su color. Protegerlo con sombreros, enjuagarlo después de nadar y usar productos adecuados es esencial. Cuidar nuestro cabello es también una forma de cuidarnos a nosotros mismos.
Durante las vacaciones, solemos cuidar nuestra piel del sol con bloqueador, pero muchas veces olvidamos que el cabello también necesita protección. La exposición al cloro, la sal del mar y los rayos solares puede dejarlo seco, quebradizo y sin vida. Por eso, es importante tomar algunas precauciones sencillas que hacen una gran diferencia. Antes de meterte al mar o a la alberca, moja bien tu cabello con agua dulce. Esto ayuda a que no absorba tanta sal o cloro, ya que actúa como una esponja que, una vez saturada de agua limpia, rechaza mejor las sustancias dañinas.
También puedes aplicar un poco de aceite natural (como el de coco) o un acondicionador sin enjuague para sellar la hidratación y formar una barrera protectora. Al salir del agua, enjuaga tu cabello de inmediato con agua limpia para eliminar los residuos. Si estuviste en una piscina, usar un champú clarificante una o dos veces por semana te ayudará a quitar el cloro acumulado. Incluso puedes hacer un enjuague casero con vinagre de manzana diluido en agua, que suaviza y purifica el cabello.
En el caso del agua de mar, los efectos no son tan agresivos como el cloro, pero la sal también deshidrata. Por eso, después de nadar, conviene aplicar un buen acondicionador o una mascarilla hidratante, especialmente si pasas varios días en la playa. Y por supuesto, no olvides que el sol también daña el cabello.
Los rayos UV afectan la proteína capilar (como la queratina) y pueden deslavar el color. La mejor forma de protegerte es usando sombreros, gorras, pañuelos o recogiendo el cabello en trenzas o chongos para minimizar la exposición. Si tienes el cuero cabelludo expuesto, no dudes en aplicar un poco de protector solar en esas zonas.
También existen protectores solares capilares en spray, que son fáciles de usar y muy efectivos. Incluso los aceites vegetales, como el de oliva o semilla de zanahoria, aportan una ligera protección y mantienen la hidratación. En resumen, cuidar tu cabello en vacaciones es tan importante como cuidar tu piel. Solo necesitas mojar, proteger, enjuagar e hidratar. Así, disfrutarás del sol, el mar y la piscina… sin que tu melena pague el precio.