La pandemia no fue un obstáculo, sino una oportunidad para lanzar el Festival de Cortos «Quédate en casa»; hoy, el festival es uno de los más importantes de El Salvador.
Diego Figueroa y Maya Molina son unos soñadores. Hace cinco años soñaron en grande y esa pasión se convirtió en un proyecto que, sin dudar ni un momento, se convirtiera, a finales de 2019, en la Escuela de Cine y Producción Audiovisual, mejor conocida como ESCINE.
Fundar su propia academia solo era una pequeña porción de la visión que tenían. Sin embargo, y así como el resto de la población, ni Diego ni Maya pudieron anticipar el caos que traería el 2020; pero, lejos de ver la pandemia y la cuarentena como obstáculo, ambos vieron una oportunidad única para darle vida al siguiente paso de este gran proyecto.
Motivados por las sensaciones que el encierro y el aislamiento estaban generando en muchas personas durante aquella época, ESCINE lanza la primera edición del Festival de Cortos, el cual se tituló “Quédate en casa”. De este modo, abrieron la convocatoria para que aquellos apasionados del cine contaran sus historias y encontraran en este ejercicio un consuelo.
En aquel entonces el formato era bastante sencillo y este primer ensayo, tal y como lo definen Diego y Maya fue “un prueba y error”. Los participantes debían grabar con un celular un corto de entre uno a cinco minutos de duración y su historia debía reflejar o estar relacionado al contexto de pandemia. Diego cuenta que la decisión de que los cortos fueran grabados con el celular no fue algo tomado a la ligera o solo porque sí, esto se debió al deseo de romper con esa idea elitista sobre el cine, donde solo aquellos que poseen los recursos pueden hacer arte y vivir de ella.
Con este formato, la familia de ESCINE quería empoderar a las juventudes, que al igual que ellos, soñaban con realizar producciones audiovisuales. Bajo esta bandera, los involucrados creían firmemente que lo más importante son las historias, no el equipo técnico detrás de cada una de ellas.
La expectativa en aquel entonces no era mala, pero tampoco creían que el festival fuera capaz de crear el impacto que generó, con solo una categoría abierta, el primer Festival de Cortos recibió 300 cortometrajes de todos los rincones del país, hecho que dejó a sus organizadores atónitos y sorprendidos de lo lejos que esta iniciativa había llegado.
La tarea de elección fue titánica, pero luego de arduo proceso que involucró a un jurado nacional e internacional, se seleccionaron los cuatro mejores cortos que habían participado, coronando de forma exitosa la primera edición de este festival. A partir de ese momento, Diego y Maya lo tenían claro: el Festival de Cortos había llegado para quedarse. Fue así como desde entonces se lanza una nueva convocatoria en el último trimestre de cada año, aunque su preparación comienza pocos días después de premiar a los ganadores de la edición anterior, según ha comentado Maya.
Con el tiempo, este proyecto ha ido evolucionando hasta convertirse en uno de los festivales más importantes en El Salvador, el cual ha reunido más de 900 cortos en un lapso de 4 años, cifra que aumentará con esta última edición que premiará a los ganadores este próximo 17 de diciembre.
La demanda de este certamen ha ido en aumento, lo que ha llevado a que se diversifique abriendo nuevas categorías. A pesar de que ahora haya premios para producciones profesionales, tanto Diego como Maya siguen siendo fieles precursores de que cualquiera puede hacer cine, por lo que las producciones con celulares siguen siendo uno de sus pilares.
Además de tener exposición, ya que los cortos seleccionados para participar en la recta final son proyectados en las salas de cine de Cinépolis, uno de los aliados claves para este proyecto; las jóvenes promesas del cine también pueden ser uno de los afortunados de ganar distintas becas para continuar su formación en dicha disciplina artística. Gracias al apoyo de la Facultad de Cine de México, este año uno de los participantes podrá llevarse una beca completa para gastos académicos en dicha institución, la cual es una de las más prestigiosas en Latinoamérica.
Más allá de la experiencia, Diego y Maya siguen teniendo un sueño y ese es poder ayudar a aquellos que comparten la misma pasión que los llevó a crear este importante concurso. Para ambos, no hay nada más importante durante este proceso que incentivar la producción cinematográfica en el país y ver cómo a través de su festival, muchos jóvenes consiguen alcanzar ese sueño y desarrollar sus talentos de producción.
Arte que cambia vidas
Este festival ha servido como una plataforma para que los jóvenes cineastas emprendan vuela y ganen nuevos territorios con sus producciones. Uno de los objetivos de este festival es que sus concursantes realicen una ruta de presentaciones, de modo que sus obras visiten distintos rincones del mundo ganando exposición, reconocimiento y nuevas oportunidades. Para satisfacción de aquellos jóvenes cineastas que deciden probar suerte en este evento, ya son varios los casos de éxito que han salido de este festival para ganarse los corazones del público.
Uno de los casos más famosos es el de Susana Serrano con su cortometraje “Phosphôros”, el cual, además de ganar la primera edición del festival organizado por ESCINE, también recibió múltiples reconocimientos como el de mejor corto en el festival de cine de Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unified Filmmakers Festival 2021 en la categoría Films Up to 5 Minutes.
El corto de Susana es solo uno de los casos de éxito que han salido de este festival cien por ciento salvadoreño. También se pueden mencionar obras como “Fantasmas”, “Yo no quiero ser la muerte” y “Pequeños Milagros”, los cuales dieron su salto al panorama internacional y se convirtieron en finalistas e incluso ganadores en países como España, Canadá, Estados Unidos, México, Argentina y otros países.
Para la academia de cine salvadoreño estos logros individuales se convierten en triunfos colectivos que posicionan a El Salvador como un país lleno de jóvenes promesas en el mundo de la producción audiovisual, haciendo que la industria vuelva sus ojos hacia el país con el fin de encontrar nuevas oportunidades.
Cada uno de estos resultados también representan una meta para el Festival de Cortos de ESCINE, abriendo las puertas a que en un futuro este prestigioso festival se convierta en uno de los más importantes a nivel regional.
