Amada por muchos, odiada por otros, la chicha es una bebida que junta una experiencia de sabores con lo más profundo de nuestras tradiciones.
Tal y como lo hemos dicho en diversas ocasiones, la gastronomía salvadoreña es todo un universo de opciones y sabores que nos sorprenden cada vez que nos sumergimos en ella. El menú de bebidas que forman parte de esta sección no se queda atrás. Si bien determinar el lugar exacto de origen de la chicha es complicado, para los salvadoreños esta bebida fermentada se ha vuelto más nuestra con el paso de los años.
Aunque es una bebida más bien común en gran parte de Latinoamérica, es posible que cada país tenga su propia variante. En el caso de la chicha salvadoreña, existen dos formas de prepararla. La primera consta de granos de maíz, arroz o cebada, cáscaras de piña, dulce de panela, jengibre y agua. Por otro lado, también es posible cambiar los granos por jugos de fruta obteniendo como resultado una chicha frutal.
Sin embargo, al principio era común que dicha bebida se preparar a base de maíz y su fermentación. Es por ello, que para los indígenas esta bebida era considerada sagrada, lo que la llevó a ser implementada en ceremonias como parte de estas celebraciones.
Aunque muchas de las tradiciones propias de nuestros pueblos originarios han quedado en el olvido, la elaboración de la chicha ha logrado subsistir, especialmente porque prepararla no es nada de otro mundo. Lo primero que hay que hacer es remojar el maíz por varios días hasta que germine. Cuando esto sucede es momento de pasarlo a una olla (de preferencia de barro para conservar una temperatura fresca) y se agrega la cáscara de piña, la panela y el jengibre. Para hacer de esta una experiencia de sabor, se puede añadir pimienta gorda y culantro. Cuando nuestros ingredientes estén juntos se cubre con agua y se deja reposar mínimo por una semana, aunque este tiempo depende de qué tan fuerte te guste tu chicha.
Si bien esta bebida es capaz de dividir los paladares de muchos, no podemos negar que la chicha es una de las tradiciones más antiguas y emblemáticas que siguen vivas en nuestro país.