¿Ya probaste la chanfaina y el chinchiví? En estos pueblos se preparan estos manjares ancestrales

¿Ya probaste la chanfaina y el chinchiví? En estos pueblos de La Paz los puedes disfrutar

La gastronomía salvadoreña es muy diversa, y el departamento de La Paz es prueba de ello, pues en esta región hay pueblos que conservan exquisitos platillos tradicionales que se preparan desde tiempos ancestrales.

El Salvador es un país pequeño, pero los sabores de su gastronomía son tan diversos como su gente. En cada pueblo y en cada hogar existe una manera particular de preparar, servir y compartir platillos que han contribuido a forjar la identidad de esta tierra cuscatleca. Si bien las pupusas son el estandarte culinario más reconocido del país, cada uno de los 262 distritos que lo conforman posee al menos una comida típica que los representa y cuenta sus historias.

En el departamento de La Paz, por ejemplo, destacan preparaciones como la chanfaina, el pan artesanal y el chinchiví, platillos con sabores y olores únicos que reflejan la identidad cultural y las costumbres de los pueblos que lo conforman.

La chanfaina es un plato emblemático de San Juan Nonualco, elaborado con vísceras y carne de res como bofe, corazón, bazo, lengua e hígado, que se condimentan y cocinan en un caldo con especias, hierbas aromáticas y un toque de sal. Muchos de sus habitantes lo acompañan con arroz, tortilla y curtido, o con frijoles sancochados y queso, y suelen consumirlo en cualquier  tiempo de comida.

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Foto: Guillermo López

“Nosotros la consumimos a toda hora del día. En el desayuno, en el almuerzo y hasta en la cena. A mí me gusta acompañarla con arroz o unos frijolitos. Es muy rica, deberían probarla. El domingo es cuando más se vende en el mercado”, comenta la sanjuanense Mercedes Laínez, quien asegura que la chanfaina es uno de sus platillos favoritos.

La comercialización de este guiso tradicional representa una fuente de ingresos económicos para muchas familias de la zona nonualca. Un ejemplo de ello es Marta Guadalupe Carranza, quien desde que era joven vende esta deliciosa comida en el mercado de San Juan Nonualco, continuando con el legado de su abuela, quien  le heredó la receta para prepararlo.

“Empecé a vender chanfaina a los 13 años, y ya tengo casi 50. Lo aprendimos de nuestra abuela”, cuenta Carranza, quien hoy, junto a su hijo José Emilio, ha dado vida al local “La cocina de doña Marta”, donde también ofrecen otros platillos tradicionales elaborados con carne de res, como sopa de pata, lengua guisada, bazo relleno y picado de bazo.

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la chanfaina se puede acompañar con arroz y queso. Foto: Guillermo López
la chanfaina se puede acompañar con arroz y queso. Foto: Guillermo López

Doña Marta revela que “la elaboración de la chanfaina prácticamente dura dos días, porque cocemos los menudos y la carne, y al siguiente día se muele. Antes se hacía picadita en trozos, pero hoy que ya contamos con tecnología, lo hacemos en un molino de moler carne”.

Aunque este platillo tiene su origen en San Juan Nonualco, también se prepara en otros pueblos aledaños como San Rafael Obrajuelo y Santiago Nonualco. Sin embargo, en estas localidades la textura varía. En esos distritos suele venderse picada, mientras que en San Juan Nonualco, molida.

Cada domingo, turistas de todas partes del país llegan hasta estos pueblos con el objetivo de disfrutar de la chanfaina, dejándose seducir por sus aromas intensos y propios de la cocina de esta región.

Pan artesanal

Pan artesanal de Santiago Nonualco. Foto: Guillermo López

Los aromas dulces también forman parte de la identidad de La Paz, en especial de Santiago Nonualco, donde se elabora un delicioso pan artesanal que conquista el paladar de quienes no se resisten a probarlo. Este pan, más pequeño que el típico de otras regiones, destaca por su aroma y textura, lo que lo convierte en una opción muy apreciada por los consumidores.

Todos los días, a un costado del mercado y frente al parque central, mujeres con grandes canastos repletos de pan se instalan para ofrecerlo a precios accesibles: dos piezas por $0.25. Los compradores pueden elegir entre una gran variedad, desde las tradicionales novias, peperechas, pan de tusa y semitas, hasta las guarachas, picudas y yoyos, disponibles en versiones miniatura o tamaño regular.

“A mí me pueden encontrar aquí todos los días, desde las 6:00 de la mañana hasta las 7:00 de la noche. Todas las que estamos aquí vendemos pan menudo, o sea, de todo tipo, y los damos a dos por la cora”, resalta Doris Hernández, quien tiene más de 14 años de dedicarse a la venta de pan en dicho pueblo.

El chinchiví

El delicioso chinchiví. Foto: Guillermo López

Una de las características más distintivas de los pueblos de este departamento es su cálido clima, que lleva a sus habitantes a buscar bebidas refrescantes por las tardes para mitigar el calor. Entre todas las opciones, hay una en particular que destaca por su sabor y tradición: el chinchiví, una bebida originaria de San Juan Nonualco y muy apreciada por locales y visitantes.

El chinchiví se elabora de manera completamente artesanal, utilizando cáscara de piña y dulce de panela como base. Estos ingredientes se fermentan durante cuatro días junto con clavos de olor, pimienta gorda y canela, dando como resultado un refresco natural. Su tono es como el refresco de tamarindo, pero su sabor es completamente diferente.

Según los habitantes de la zona, el término “chinchiví” proviene del náhuat y hace referencia a “la parte suave de la chicha”. A diferencia de esta última, el chinchiví no contiene alcohol, lo que lo convierte en una bebida apta para niños, jóvenes y adultos.

Por eso, quienes visiten la Ruta de los Nonualcos no pueden dejar de hacer una parada en San Juan Nonualco, donde podrán refrescar el cuerpo y el alma con esta bebida única, que solo se encuentra en este encantador rincón del país.

Festival del Cerdo

Foto: Guillermo López

San Rafael Obrajuelo no se queda atrás. En este pequeño y colorido pueblo, durante sus fiestas patronales, se lleva a cabo el Festival del Cerdo, un evento cultural y gastronómico que cada año atrae miles de visitantes, quienes llegan con el afán de disfrutar de una amplia gama de platillos preparados con lechones.

De acuerdo con la Alcaldía de La Paz Este, el festival se realiza en la penúltima semana de octubre en las principales calles del referido distrito. El evento arranca por la mañana y una de sus máximas atracciones es la creación de la parrillada más grande de El Salvador, de la cual degustan cientos de personas.

Los visitantes se deleitan con chicharrones, carne asada, chorizos, merienda, jamón y yuca con chicharrón. El evento tiene un impacto positivo en la economía local, ya que permite que sus comerciantes ofrezcan sus productos a un público diverso.

Finalmente, con cada uno de estos platillos podemos confirmar que la cocina salvadoreña es diversa, y que cada pueblo conserva la sazón, los secretos y los ingredientes de una gastronomía que ha sido heredada por los ancestros.