“Mucha gente viene y, si tiene rupturas amorosas, se tatúa; si alguien está feliz, se tatúa; pero también hay gente que de un momento a otro quiere su tatuaje. Entonces para mí, se trata de las distintas emociones”.
Lunares, marcas de nacimiento, ojos de un color particular, son algunos de los diferenciadores con los que la naturaleza dota a algunas personas, algo que les hace destacar y ser únicos, pero, ¿qué más se puede hacer para ser irrepetible? La lista es larga, desde una pequeña perforación, hasta modificaciones corporales, pasando, claro, por los protagonistas de hoy: los tatuajes.
El tatuaje es esa destreza que fusiona el arte con las marcas que hacen de cada cuerpo algo único.
Desde identificarse con un grupo étnico o social, hasta ser una sublime muestra de amor; los tatuajes tienen distintas funciones y significados. Para Melvin Ernesto Escobar, o mejor conocido en el medio artístico como “Eddie”, esto está más que claro.
“Mucha gente viene y, si tiene rupturas amorosas, se tatúa; si alguien está feliz, se tatúa; pero también hay gente que de un momento a otro quiere su tatuaje. Entonces para mí, se trata de las distintas emociones”, afirma el artista.
Eddie explica que ha hecho tatuajes para parejas que se aman mucho, pero también de rupturas muy dolorosas. “Para mi el tatuaje es una forma de expresión de cómo te sientes”, señala.
Un hobby, un arte, un negocio
Eddie comenzó a tatuar hace nueve años; sin embargo, cuando comenzó no era ajeno al arte. Se inició en el mundo del graffiti en el 2000. Esto no solo le dio la habilidad para tener “buen trazo”, sino también le dio su nombre artístico.
“Vi a un amigo manchando la mesa con un plumón, me explicó que se trataba de graffiti. Me contó todo sobre eso y me dijo que los artistas tienen un seudónimo, me fui a mi casa con eso en la cabeza y al siguiente día lo tenía: era Eddie”.
Melvin cuenta que al inicio hacía sus tatuajes de gratis, entre sus conocidos. Poco tiempo después cobraba una cantidad simbólica, que rondaba los $30; conforme fue creciendo como artista, y ganando reconocimiento, se volvió muy cotizado. Ahora uno solo de sus trabajos tiene un costo que va desde los $300 hasta los $2,000.
Arte que cruza fronteras
Para Eddie lo que inició como un pasatiempo se convirtió en una pasión, al grado de obtener diversos galardones y reconocimientos. Esto además de ser de suma importancia para darse a conocer, también ha contribuido en la versatilidad que tiene como artista. “Me ha ayudado para irme perfeccionando en diferentes estilos”, explica.
Participar en eventos en los que se compite es algo que motiva a Eddie y a los demás artistas del tatuaje a ser mejores cada día, ya que se miden con otros tatuadores que también cuentan con un gran talento, pasión y entrega por esta disciplina.
Su primer trofeo lo ganó en la feria CorporArte, que se realiza en El Salvador.
Del tabú a la exhibición
De acuerdo con Eddie, la percepción de los tatuajes ha cambiado mucho en las últimas dos décadas. Menciona que cuando él inició, más que una forma de expresión se veía como un tabú, algo propio de grupos marginales. Ahora él viaja a diferentes países europeos para mostrar su trabajo al mundo.
Cada vez son más las personas que deciden llevar arte en su cuerpo y quienes recurren a verdaderos artistas para conseguir una creación única para ellos.
Tarda al menos 10 años que un artista logre desarrollar su propio estilo, y en El Salvador, el tatuaje es una disciplina relativamente nueva y poco conocida, pero que se encuentra en auge. En el futuro se espera que sea vista como cualquier otra forma de plasmar sentimientos.
Lo que para muchos es un camino largo, para Eddie ha sido algo relativamente rápido, ya que en menos de una década ha logrado desarrollar su propio estilo y ser reconocido por ello.