La cerveza siempre ha sido una de las bebidas predilectas alrededor del mundo, pero la revolución artesanal le ha dado un giro inesperado al consumo de esta bebida.
No es un secreto para nadie que la cerveza artesanal ha venido ganando terreno en los últimos años hasta convertirse en una de las grandes favoritas del público. Y es que no es de extrañarse debido a la variedad de sabores y juntes que este tipo de elaboraciones permite. De este modo, cada vez es más común que veamos marcas de cerveza artesanal en el mercado compitiendo con las grandes cervezas comerciales. Pero, ¿qué hace tan especial a este tipo de bebidas? ¿De verdad valen la pena o es simplemente una moda que desaparecerá con el tiempo?
Lo artesanal es lo de hoy
Para entender mejor esta bebida es importante comprender la diferencia entre una cerveza artesanal y una industrial. Tal como su nombre lo dice, la primera se realiza por medio de un proceso artesano donde no se permite la adición de aditivos ni conservantes, así como tampoco es una bebida pasteurizada. Es decir, la base de este tipo de bebidas consta únicamente de ingredientes como el agua, levadura, lúpulo y cereales. A partir de aquí el maestro cervecero puede optar por experimentar con nuevos sabores.
Ahora bien, es importante tener en cuenta que el origen de la cerveza de por sí es artesanal. De acuerdo con algunos estudios, esta bebida es originaria de los pueblos elamitas, egipcios y sumerios. Gracias a los mismos, hoy se tiene evidencia de la receta egipcia de la cerveza, la cual tenía como base panes de cebada que se dejaban fermentar en agua. Con el tiempo esta bebida fue expandiéndose y gracias a los procesos industriales su elaboración cambió para poder fabricarse a gran escala.
A pesar de eso, la cerveza artesanal tuvo su renacimiento en la década de los 80 con la aparición de la famosa cerveza draft en Estados Unidos, aunque esto no significa que antes de ese momento no se elaboraban cervezas artesanales. Dentro de los países que destacan por sus largas tradiciones cerveceras están Bélgica, Alemania, España y demás. A estas alturas, casi todos los países del mundo cuentan con sus propias cervezas artesanales, cada una de ellas con sus propias singularidades. El Salvador no es ninguna excepción.
El descubrimiento de algo mágico
De un tiempo para acá, son más las personas que se interesan por el mundo de la cerveza artesanal. Este interés los lleva a investigar y empaparse con todos los conocimientos posibles para encontrar ese sabor único que se vuelva inolvidable para los afortunados que la prueben. Entre estos entusiastas está Alejandro Martínez, fundador de MTZ Brewing Company.
La travesía de Alejandro comenzó con un kit casero para elaborar este tipo de bebida. El resultado lo dejó sin palabras y la pregunta de si podía replicarse a gran escala era posible se atravesó por su cabeza. Nueve años después de este primer experimento, en 2019 para ser más precisos, Alejandro decide emprender esta aventura para convertirse en un maestro cervecero motivado por las experiencias de sabores que esta industria podría permitirle. Convencido que las similitudes entre las distintas cervezas comerciales eran muchas, se comprometió a crear una cerveza que realmente hiciera la diferencia.
Una experiencia irrepetible
Pero, ¿cómo se elabora esta bebida que promete revolucionar por completo la experiencia de tomar cerveza? Tal como explica Alejandro, el proceso para fermentar cualquier bebida siempre es el mismo, para que esto sea posible es importante conseguir una fuente de azúcar, en este caso, los granos de cebada. Estas semillas se ponen a germinar para posteriormente extraer el azúcar de las mismas por medio del proceso de maceración.
El líquido que obtenemos es una concentración de azúcar a la cual se le agrega el lúpulo y levaduras, siendo esta última la encargada de que se consuma todo el azúcar dando paso a la fermentación para formar el alcohol. Dentro de este proceso, se pueden jugar con distintos tipos de malta combinándolos para obtener sabores únicos. Si bien el dulzor y las terminaciones a caramelo, cacao y demás son brindadas por la malta, el amargor característico de la cerveza se debe al lúpulo, sin olvidar sus capacidades como conservante natural.
De este modo, Alejandro ha experimentado en su pequeña planta con toda clase de sabores. Desde aquellos tipos tradicionales como la Pilsen, hasta sabores más llamativos como la Witbier que lleva culantro y naranja para obtener notas aromáticas y cítricas, o uno de sus últimos inventos donde añadió pepino y jalapeño.
Así como MTZ Brewing Company, en El Salvador es posible encontrar una inmensa variedad de cervezas artesanales como Santo Coraje, Cadejo, SEB y demás. Estas marcas han borrado todas las fronteras dándole paso a la creatividad con el único fin de crear una bebida única e irrepetible.
Al final, cada sabor es una experiencia nueva. Para el maestro cervecero el miedo no puede existir y la disposición para experimentar con sabores nuevos es la clave del éxito que lo acerca un poco más a la cerveza perfecta.