El mundo del rock está de luto. Sam Rivers, bajista y miembro fundador de la icónica banda Limp Bizkit, falleció ayer 18 de octubre a los 48 años, dejando un vacío irreparable en la escena musical que marcó a toda una generación.
La noticia fue confirmada por la propia banda a través de un emotivo comunicado en redes sociales, donde sus compañeros lo describieron como “nuestro hermano, nuestro latido y el pulso debajo de cada canción”. Su partida conmueve profundamente a los fans del nu metal, un género que Limp Bizkit ayudó a popularizar a finales de los 90 con temas como Nookie, My Generation y Break Stuff.
Sam Rivers, conocido por su presencia magnética en el escenario y su estilo inconfundible en el bajo, fue pieza clave del sonido crudo y explosivo que catapultó a la banda a la fama mundial. Junto a Fred Durst, Wes Borland, DJ Lethal y John Otto, Rivers consolidó un legado que trascendió modas y generaciones.
Hasta el momento, no se han revelado las causas oficiales de su fallecimiento, pero colegas y fanáticos de todo el mundo han inundado las redes con mensajes de despedida y homenajes al músico que hizo vibrar los escenarios con su energía inigualable.