Es una ruta que combina historia, cultura y naturaleza, lo que la convierte en un destino perfecto para realizar en familia.
Morazán se distingue por su riqueza cultural, histórica y natural. Sus dos municipios, divididos en 26 distritos, albergan parajes de ensueño, ideales para quienes buscan aventuras al aire libre y un contacto auténtico con la naturaleza.
La ruta la puedes iniciar en Arambala, específicamente en El Bailadero del Diablo, un atractivo natural conocido de esa manera por la forma extraña de sus rocas, cuyas vistas hacia los exbolsones de Nahuaterique y la Peña del Camello te atraparán rápidamente.
En este destino encontrarás el cañón del río Guaco y refrescantes cascadas, donde podrás realizar camping, senderismo y pasar un día ameno con tus seres queridos.
En ese mismo pueblo puedes visitar la poza La Culebra del río Sapo, nombre que se le dio por la silueta que forma el afluente (no te asustes, no hay culebras). Sus refrescantes aguas te harán bajar el estrés en cuestión de segundos.
Si deseas visitar ambos lugares con un guía local, puedes contactar a Luis Cáceres al número 7310-1378, quien ofrece recorridos completos y seguros.
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Luego de explorar Arambala, tu aventura puede continuar hacia el distrito vecino de Perquín, donde descubrirás El Llano del Muerto, una extensa área de 6,000 hectáreas con ríos, cascadas, bosques y formaciones rocosas asombrosas. El lugar está a cinco horas de la capital salvadoreña, aproximadamente a 223 kilómetros de distancia.
Si quieres hospedarte en el lugar para disfrutar de una aventura completa lo puedes hacer en Finca Las Margaritas o en Villa Verde Perquín, ya que son cabañas acogedoras que te ofrecen una experiencia única en medio de bosques y ríos.
Finalmente, si buscas cerrar el viaje con una experiencia más tranquila y cultural, Corinto es una excelente opción. Allí te estará esperando la Gruta El Espíritu Santo, un sitio arqueológico que tiene más de medio siglo de ser Monumento Nacional.
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“La Gruta del Espíritu Santo es un abrigo rocoso en el cual se pueden observar pictografías y petrograbados de aproximadamente siete mil años de antigüedad. En el sitio se pueden apreciar representaciones antropomorfas sencillas como manos, figuras de hombres con lo que podrían ser penachos, aves y círculos concéntricos o geométricos pintados en varios colores, aunque es la tonalidad rojiza la que más resalta —un color que pudiera derivar del cinabrio, que es un mineral—“, indica en un artículo el Ministerio de Cultura.
Aunque el sitio ofrece un vistazo al pasado, también es un entorno natural donde puedes explorar senderos y escalar la roca de la gruta, desde la cual se obtiene una vista excepcional de los cerros vecinos y del pueblo de Corinto.
Para visitar este sitio con una guía especializada, puedes contactar a María Flores al 7922-5465.
Ahora ya sabes que Morazán lo tiene todo: paisajes impresionantes, raíces ancestrales y hospitalidad auténtica. Así que aventúrate en esta ruta y vive una experiencia inolvidable en uno de los destinos más sorprendentes de El Salvador.
