Podrán existir miles de cócteles, pero el amor universal por la michelada es un hecho indiscutible, especialmente cuando buscamos refrescarnos de una forma diferente.
Es probable que la cerveza no sea la bebida favorita de todo el mundo, pero también estamos seguros que nadie puede resistirse a una refrescante michelada. Especialmente si hace calor o nos encontramos a la orilla de la playa. No hay ninguna bebida que nos recuerde más al verano que este cóctel con base de cerveza.
Y es que todos estos halagos que puede recibir la michelada no es solo por su capacidad de refrescarnos o por la facilidad de prepararla. Además de todo esto, esta bebida es indudablemente uno de los cócteles más versátiles que existen. Aunque siempre necesites cerveza, limón y sal, puedes experimentar con diferentes ingredientes para darle un toque único.
Pero, vayamos por partes. La michelada es una bebida de origen mexicano, y aunque existan muchas versiones sobre su historia, una de las más populares se sitúa en San Luis Potosí donde se empieza a conocer a este icónico cóctel como como una “limonada con cerveza”. Con el paso del tiempo la receta se fue perfeccionando y permitió que se incorporaran nuevos ingredientes como chamoy, pepino, gomitas, incluso camarones.
Ahora bien, aunque existen miles de formas de preparar una michelada, que puedan cumplir tus expectativas o no, estamos convencidos que no existe nada como su receta clásica, donde el secreto está en el juego fresco de limón y una cerveza bien helada.
Basta con que tomes tu jarra favorita, escarches el borde con limón y sal (o si prefieres con tajín o algún tipo de chile en polvo), para luego agregar el jugo de limón, salsa inglesa, una pizca de salsa picante y la estrella indiscutible: tu cerveza favorita. En cuestión de pocos minutos tienes lista una de las bebidas favoritas del verano de (casi) todo el mundo. Lo único que te queda es disfrutar de ella.