Es imposible hablar sobre historiantes y sus míticas danzas sin mencionar las características máscaras que ayudan a sus protagonistas a contar sus historias.
Cada detalle de las danzas de historiantes pasa por una minuciosa preparación que culmina en la puesta en escena. Desde los ensayos hasta los vestuarios. Y si hay algo que no podemos obviar, son las peculiares máscaras que viste cada danzante.
Detrás de cada una de ellas, existe otra tradición igual de importante que la de contar las míticas batallas entre moros y cristianos. Don Celio, uno de los artesanos de máscaras más importantes en todo el país, es el vivo ejemplo de ella.
De acuerdo con él, y al igual que la danza de historiantes, cada detalle en la fabricación de una máscara cuenta. Desde el tipo de madera que se usa (que en este caso debe ser de pito, porque la de almendro es muy pesada y se quiebra más fácil), hasta los detalles de colores cuando pasa a ser pintada.
A pesar de ser conocido por su taller en San Antonio Abad, las creaciones de don Celio han cruzado todas las fronteras que puedan imaginarse. No solo por ser el encargado de fabricar las máscaras de los historiantes de Panchimalco, San Francisco Chinamequita, Conchagua, Santiago Texacuangos, Izalco, entre otros lugares. Sino porque sus creaciones también llegaron a Discovery Channel, quienes crearon un catálogo para poder venderlas entre sus consumidores.
Esta tradición que para Celio empezó con una máscara que le quedaba floja en sus tiempos de historiante, hoy lo ha convertido en un artesano de talla internacional, pero sobre todo, en un guardián de esta tradición