Hay algo que nos llama de las iglesias católicas y va mucho más allá de nuestro sistema de creencias. Lo cierto es que el catolicismo se ha caracterizado por cuidar de manera minuciosa cada uno de los detalles que lo rodean. Desde su arquitectura hasta sus celebraciones religiosas como las procesiones de Semana Santa. Lo cierto es que sus iglesias se han vuelto casi paradas obligatorias alrededor del mundo por aquellos turistas que visitan nuevos destinos.
Debido a la llegada de los españoles a la región siglos atrás, la presencia del catolicismo en El Salvador era inevitable y como resultado de esto son muchos los templos que se extienden a lo largo del país. Esta variedad nos ha permitido apreciar distintas épocas, las cuales se ven reflejadas en el estilo arquitectónico que ha sido empleado es su edificación. Desde templos coloniales, pasando por el gótico y neogótico, hasta llegar al estilo moderno y brutalista. Estos templos ya no son solamente lugares sagrados, sino también piezas artísticas con gran valor histórico.
La parroquia El Calvario es uno de esos tesoros que tenemos la fortuna de redescubrir. A pesar de estar aislada por muchos años debido a distintos factores sociales, ha sido recuperada y puesta al ojo de todos aquellos que visitan el Centro Histórico de San Salvador, convirtiéndola en una parada obligatoria.
En el afán de recuperar y compartir un poco de esta historia, cada vez son más las iglesias que se suman a la iniciativa de abrir sus puertas e invitar a los interesados a explorar todos sus rincones. De este modo, estos lugares toman los vestigios de la historia y nos lo ofrecen para que podamos conocer a través de sus paredes aquellas cosas que no nos tocó vivir.