Este delicioso platillo de origen italiano es uno de los más queridos en todo el mundo, pero, ¿qué se esconde al interior de sus capas de sabor?
Pocos son los platillos que logran cautivar las papilas gustativas de (casi) todo el mundo, y no tenemos duda alguna que la lasaña cumple por completo las expectativas de los comensales más exigentes. Pero, ¿qué hace a este plato tan especial e irresistible?
Probablemente sea su sabor incomparable o lo deliciosa que se ve a simple vista, lo cierto es que este platillo de origen italiano tiene tras de sí innumerables razones por las que se ha convertido en el favorito de muchos, pero para que entiendas el entusiasmo detrás de ella, es necesario que conozcas su anatomía y nos respondas si al finalizar este artículo no sientes el deseo de degustar y disfrutar una porción de esta singular pasta.
Tal como el origen y significado de su nombre, este platillo se prepara con láminas de pasta, ya sea regular o integral. Estas láminas se apilan unas sobre otras para crear bloques, los cuales se encuentran separadas por el relleno, el cual puede ser de carne, pollo o vegetales, acompañado por la salsa de tu preferencia, así como puede ser boloñesa, también puede ser alfredo o la que sea tu favorita. Recuerda que este plato brilla no solo por su sabor, sino también por su versatilidad.
Pero el relleno no es lo único que se esconde al interior de la lasaña. Aunque la receta original diga que el queso indicado es el mozzarella, lo cierto es que puedes ponerte creativo y utilizar el que más te guste.
Luego de varias capas de pasta, relleno y queso, se corona con una cantidad abundante de salsa y queso rayado. Se cocina al horno y en cuanto el queso se gratine y podamos ver esas notas doradas en la superficie, significa que la lasaña se encuentra en su punto.
Lo único que queda es servir y deleitar la vista y el paladar como solo este exquisito platillo lo sabe hacer.