No hay club sin música, especialmente si esta es en vivo y nos permite conocer voces increíbles.
La Dalia y la música siempre han sido grandes amigas. Y es que esto no es de extrañarse, sino diganme, ¿qué sería de un gran club sin la música? Pero no basta con tener grandes playlist para cada ocasión y con todos los gustos de sus fieles y nuevos visitantes. Con el tiempo, La Dalia ha comprendido que hacer lo mínimo o lo comúnmente establecido no es suficiente y es necesario siempre ir más allá. Con esto en mente, este lugar se ha convertido en el escenario ideal de bandas y solistas nacionales e internacionales de todas las épocas.
De este modo, ha sido posible ver a grandes artistas como Los Vikings, Cartas a Felice, Vane García, Clement, Las Musas Desconectadas, Los Tachos, Camelo y muchos más. Este club se ha convertido en una plataforma importante para impulsar y apoyar el talento de los artistas salvadoreños en un lugar que no solo ofrece un ambiente distinto, sino también un espacio íntimo donde todos puedan sentirse cómodos y bienvenidos.
La diversidad de artistas que han tenido la oportunidad de presentarse en La Dalia brindan una oferta única de entretenimiento capaz de acoplarse a todos los gustos. Desde música del recuerdo, rock, salsa, trova, pop, salsa y muchos más ritmos, la agenda cultural de La Dalia se ha preocupado por diversificarse no solo para el gusto de sus clientes, sino para abrir nuevas puertas a una ola de nuevos artistas que buscan expandirse y llegar a muchas más personas.
Pero la música en vivo propia de los artistas que se presentan no es el único atractivo de este lugar. Los tributos de la manos de distintos artistas como Rewind, Neuma, Noctámbulo, Éxodo, Fer Menjívar, entre otros se han vuelto una de las principales atracciones de La Dalia. Este formato no solo permite a sus visitantes disfrutar de la música de sus artistas favoritos, sino también de conocer nuevas voces comprometidas a brindar la mejor de las noches a quienes se reúnen en este particular club para disfrutar de veladas repletas de música.