La cultura biker en El Salvador se ha desarrollado de manera similar a la de otros países en América Latina y ha experimentado sus propias dinámicas y desafíos.
Los moto club comenzaron a surgir entre la década de los sesenta y los setenta como una respuesta a la creciente popularidad de las motocicletas en el país. Muchos de estos clubes se formaron gracias a la afición por las motos, la libertad que proporciona salir a rodar y la necesidad del ser humano de pertenecer a un grupo que comparta los mismos ideales.
Sin embargo, en sus primeras etapas, la mayoría de estos clubes no se regían por una estructura formal o un conjunto de reglas, ya que estaban más enfocados en el placer de andar en moto, la camaradería y la interacción social con personas con los mismos intereses.
Con el fin de la guerra civil y el inicio de la posguerra, la cultura biker comenzó a expandirse y los clubes vieron la necesidad de establecer roles y responsabilidades para asegurar el funcionamiento de estos. Fue así como algunos adoptaron una estructura más jerárquica, designando presidentes, vicepresidentes, sargento de armas y otros cargos dentro de la organización.
También establecieron códigos de conducta y reglas internas para garantizar la lealtad, hermandad, seguridad y la cohesión del grupo. La jerarquía se convirtió en una parte fundamental de la aplicación de estos reglamentos. Otros clubes siguieron manteniendo una estructura más flexible y menos formal, pero siempre unidos por la pasión de las motocicletas.
En la actualidad, los moto club realizan una variedad de actividades que tienen como fundamento la hermandad, la camaradería, la pasión por las motocicletas y la participación en la comunidad a través de la responsabilidad social. Sin embargo, estas actividades varían dependiendo del club, su filosofía y sus intereses particulares.
Por lo general, los miembros de los moto club se reúnen para recorrer rutas turísticas del país y disfrutar con los otros miembros del club o incluso en familia.
Algunos organizan eventos benéficos para recaudar fondos o ayudar a organizaciones locales, mediante la celebración de carreras de beneficencia, colectas de alimentos, de juguetes o donaciones.
También suelen tener reuniones regulares para discutir asuntos internos, elecciones para elegir a sus representantes, tomar decisiones y mantener la comunicación entre los miembros. A menudo, celebran eventos importantes, como aniversarios de club, cumpleaños de miembros, aniversarios de otros clubes del país, exhibición de motocicletas, carreras, entre otros.
Asimismo, planifican viajes a otros países, como Guatemala, Nicaragua, Costa Rica e incluso México, para asistir a eventos locales, aniversarios de clubes extranjeros y compartir experiencias con los miembros de clubes de otros países, con quienes, por lo general, mantienen una comunicación regular.
Por otro lado, algunos miembros de moto club se dedican al mantenimiento y la personalización de motocicletas y también poseen locales de venta de repuestos de motocicletas o talleres de mecánica.
Al contrario de lo que se cree, los clubes de moto son mucho más que un grupo de motociclistas que se reúnen para rodar juntos. Estas organizaciones ofrecen un sentido de pertenencia y una oportunidad para compartir la vida sobre ruedas.