Velas Mágicas se ha convertido en un emprendimiento insignia de productos de calidad, con diseños exclusivos y diversos aromas que cautivan cada rincón de los hogares salvadoreños.
Lo más importante en una vela es que desprenda un buen aroma y genere una sensación de calma. Por eso, muchas personas prefieren velas con fragancias que perduren y se expandan por toda la casa, creando una atmósfera cálida y festiva.
Durante la temporada navideña, cuando las familias buscan detalles que complementen la decoración del hogar, las velas artesanales suelen convertirse en un elemento imprescindible para dar el toque perfecto a cada espacio.
En El Salvador, uno de los emprendimientos que ha logrado destacar en este ámbito es Velas Mágicas, un proyecto creado por Patricia Minero, quien transformó una experiencia personal compleja en la oportunidad de desarrollar un oficio que hoy es la luz de su vida.

“Hace 25 años, yo ya había aprendido a hacer velas en unas vacaciones que fui a Estados Unidos. Pero no fue hasta el 2022, después de que pasé un proceso un poco difícil en términos laborales —que lleva acoso laboral, síndrome burnout y un tratamiento psicológico— que mi la psicóloga me recomiendó que me dedicara a algo de lo que yo ya pudiera hacer y fue así como me enfoqué en elaborar velas”, comenta Patricia Minero.
Ese retorno implicó comenzar desde cero y enfrentarse a la dificultad de encontrar insumos adecuados: “Cualquiera le dice a una ‘esto te sirve’, pero realmente cuando ya estamos en el proceso de elaboración de la vela, vemos que era más de lo mismo. Entonces, yo lo que quería era destacar de manera diferente a lo que otros venían haciendo”, revela.

Fue de esa forma como Velas Mágicas se inclinó por elaborar cientos de velas de cera de parafina malasia, de soya de bajo punto de fusión y de alto punto de fusión, y de cera de abeja. El proceso de elaboración combina técnica y constancia. Inicia con la selección del tipo de cera según el diseño, seguido del fundido, la incorporación del color y el aroma, y finalmente el vaciado en moldes. Algunos modelos requieren retoques manuales o decoración añadida una vez que la vela se ha solidificado.
La primera vela y el sentido del nombre
El emprendimiento tomó forma con la llamada “Vela de la abundancia», una pieza aromatizada con naranja, canela y especias. “Nadie la estaba haciendo aquí en el país”, recuerda Patricia, quien la considera el producto que abrió el camino a lo que hoy es su catálogo.

Sobre el nombre de la marca, la explicación es directa: “Las velas hicieron magia en mi vida, porque me ayudaron a salir de la situación que estaba viviendo. Por eso se llama Velas Mágicas”.
Aunque la línea navideña es la más conocida, el trabajo de Velas Mágicas es mucho más extenso. Para Navidad cuentan con aproximadamente 100 diseños, entre ellos árboles, figuras de Santa Claus, hombres de nieve, nacimientos, botas y angelitos. A lo largo del año también elaboran piezas para otras ocasiones: velas religiosas para bautizos, primeras comuniones o novenarios, unas cien variaciones más, además de cerca de 150 diseños para baby showers. En total, el taller maneja alrededor de 800 modelos, lo que le permite responder tanto a pedidos individuales como a encargos más grandes.

Todas las velas que producen son aromáticas. Para Navidad, los clientes suelen buscar fragancias tradicionales como pino, canela, jengibre y vainilla; asociadas al ambiente festivo y a los recuerdos familiares. El taller, sin embargo, ofrece una gama mucho más amplia: menta, rosas, gardenias, banano, manzana, champagne y melocotón, entre otras esencias que complementan los distintos diseños.

El significado de regalar una vela
Patricia destaca que una vela siempre es bien recibida, sobre todo en esta Navidad: “Cuando usted regala una vela tendrá la certeza de que esa vela no irá a parar ni al cesto de la basura ni a un cajón, porque una vela siempre es bien recibida en el hogar. Las personas la colocan en el baño, en la sala, en el cuarto o en el comedor. Además, usted con poco dinero puede comprar una velita para regalar”, afirma.
La salvadoreña también asegura que una vela simboliza “la llama de la esperanza de que todo va a mejorar, de que todo está bien; es una manera cálida de traer un recuerdo de antaño. Hay que recordar que en Navidad muchas veces en los hogares estas festividades ya no son iguales, porque siempre hay una o dos sillas vacías. Entonces, la llama de una vela con su aroma especial nos hace volver a vivir esos momentos y una unión familiar”.

Patricia ha acondicionado un espacio en su hogar para funcionar como taller y tienda. Las personas que deseen visitar la tienda, conocer el proceso de elaboración de velas o adquirir productos, pueden contactarse a través de sus redes sociales “Velas Mágicas” o por medio de su WhatsApp 7852-7370.
El equipo está formado por cinco personas que se distribuyen entre la elaboración, la limpieza del espacio y la entrega de pedidos. Trabajan de lunes a viernes, de 8:00 a. m. a 5:00 p. m.

“En Velas Mágicas pasamos todo el año ocupaditos, pero hay épocas que son más fuertes, como el mes del Amor y la Amistad, el Día de la Madre, el Día de la Mujer y Navidad, que para nosotros inicia en septiembre que es cuando comienzan los pedidos”, destaca.
Además de producir velas, Patricia dirige una pequeña academia en la que imparte talleres y diplomados para personas de diferentes edades. La motivación detrás de esta iniciativa surge de su propia experiencia: “La misión es enseñarles a las personas a transformar sus vidas como yo lo he logrado. Enseñamos a elaborar velas que se venden, con las que puedan llevar sustento a sus familias, con las que pueden salir adelante”. Los talleres del año ya finalizaron, pero las fechas para los de 2026 se publicarán en las redes sociales de Velas Mágicas.

Hoy en día, Velas Mágicas se ha convertido en un emprendimiento insignia de productos de calidad, con diseños exclusivos y diversos aromas que cautivan cada rincón de los hogares salvadoreños.


