No basta con estudiar y hacer prácticas, los pilotos deben ser personas en óptimas condiciones de salud tanto física como mental.
Ser piloto no es nada sencillo. Cada vez que se sube a un avión y se alza el vuelo, el piloto sabe que no solo es su vida la que está en juego, sino la de todos aquellos que han puesto en sus manos su bienestar y comodidad para llegar a su destino. De este modo, no es extraño que aquellos que desean convertirse en pilotos deban responder a cierto perfil, el cual va más allá de sus capacidades y competencias. Abarcando otras áreas como su salud física para evitar así el deterioro y garantizar la seguridad del vuelo.
Para esto, los y las aspirantes a pilotos deben someterse a una serie de pruebas que los acrediten como personas capaces de asumir tal responsabilidad. De este modo, las personas que desean iniciar sus estudios como pilotos profesionales deben someterse a una serie de exámenes médicos tanto físicos como psicológicos.
Pero, ¿cuáles son las condiciones médicas adecuadas para emprender el vuelo? Como una profesión que implica elevarse en el aire y estar expuesto a diversas altitudes, es importante asegurarse que la salud cardiovascular de la persona interesada en ser piloto se encuentre en las mejores condiciones, descartando problemas de presión, anomalías cardíacas y problemas respiratorios.
Del mismo modo, es de vital importancia realizar estudios de otorrinolaringología, ya que el oído interno es el encargado de brindarnos el equilibrio, sin mencionar que al estar expuesto a una gran presión debido a la altitud, puede lastimarse y sufrir de una lesión en el oído interno. Así mismo, es necesario que pasen por una revisión oftalmológica que garantice la salud visual, especialmente para descartar el daltonismo. En caso que los aspirantes padezcan dicha condición, no podrán continuar su proceso de formación.
Asimismo, la salud emocional es un pilar importante en la profesión de piloto debido a los altos niveles de estrés a los que se encuentran sometidos. Una buena salud física y mental garantiza la seguridad tanto de los pilotos como de los pasajeros que ponen sus vidas en las manos de estos profesionales.