El maridaje es todo un arte y, aunque venga con algunas recomendaciones incluidas, lo más importante es probar nuevas combinaciones hasta que encuentres tu favorita.
Los asados nunca fallan y una comida de tan alto nivel merece ser acompañada con una bebida que se encuentre a su altura. Lo ideal a la hora de escoger este acompañante es buscar aquel que potencie los sabores del plato principal, es decir, que lo complemente sin llegar a opacarlo. A esta combinación se le conoce como maridaje.
Pero, vayamos por partes. Si bien buscamos armonía en esta mezcla de sabores, es indispensable que sepas que existen muchas formas de lograrla y aunque esta sea una guía para que empieces en el arte del maridaje, recuerda que todo depende de tus gustos y lo importante es probar hasta encontrar la combinación ideal para ti.
Maridaje por semejanza o complemento
Este es el tipo de maridaje tradicional, pero lejos de ser aburrido, es armonía pura. Tal como su nombre lo dice, esta combinación busca mezclar sabores parecidos; es decir, los sabores fuertes característicos de las carnes rojas quedan perfectos con vinos con mucho cuerpo como los tintos, a diferencia de los mariscos que son perfectos con un vino blanco. El objetivo de esta combinación es que los distintos sabores no se opaquen entre sí, sino que resalten por igual.
Maridaje por contraste
Al contrario del anterior, este es un poco más arriesgado. Dejamos lo tradicional de lado y escogemos sabores y texturas completamente diferentes para crear una combinación única. Acá se busca sacarnos de nuestra zona de confort y transformar nuestra comida en un viaje culinario como ninguno. La mezcla de sabores fuertes como algunos quesos, junto a vinos dulces es algo que no puedes perderte.
Maridaje regional
Aunque pueda sonar un poco similar al maridaje por semejanza, acá se busca combinar un vino de una zona determinada con comida típica del mismo lugar. No solo genera armonía entre ambos elementos, sino también resaltar la cocina de un lugar específico, poniendo en evidencia la oferta gastronómica de la zona. El mejor ejemplo del maridaje regional es, sin duda, el asado argentino, acompañado por un vino tinto de uva malbec.
Aunque esta sea una guía introductoria para iniciarte en el arte del maridaje, recuerda que todo es cuestión de probar, salir de nuestra zona de confort, atreverte y combinar distintos sabores hasta que encuentres tu dúo ideal.