Nuestro bienestar no está limitado a la salud física o emocional únicamente. Ponerle atención a los distintos ámbitos de nuestra vida nos permitirá tener una vida plena y feliz.
Inició el 2024 y, como todos los años, las listas de propósitos de año nuevo no pueden faltar. Es el momento ideal para hacer una autoevaluación de las cosas que nos hacen bien y aquellas que es mejor dejar de lado. Sin embargo, en el proceso de reconocer los buenos hábitos de los malos, no es extraño que le demos prioridad a ciertas áreas de nuestra vida y dejemos un poco descuidadas las demás. Debido a esto queremos hablar sobre el bienestar holístico.
Pero, ¿a qué nos referimos con este término? También conocida como salud holística, esta busca la armonía y el balance entre la salud física, emocional y espiritual. Es decir, un bienestar íntegro en pro de las personas, es por ello que resulta importante comprender cuáles son los pilares que sustentan al bienestar holístico y qué prácticas diarias podemos implementar para encaminarnos en él.
No basta con moverse
Es probable que lo primero que pienses cuando se habla de salud física sea el ejercicio, el cuál es importante, pero no es más que una parte de los distintos aspectos que comprende este primer pilar. Mantenernos en movimiento es vital para cuidar de nuestra salud. Hacer ejercicios como cardio, pilates o un deporte en específico es ganancia para nuestro cuerpo.
Sin embargo, todo este esfuerzo físico debe ir acompañado por el descanso suficiente para reponernos. De acuerdo con investigaciones y estudios realizados por la National Sleep Foundation, los adultos entre los 18 y 64 años deben dormir de 7 a 9 horas diarias. Del mismo modo, la cantidad de sueño debe ir acompañada por la calidad del mismo.
Establecer horarios de sueño, realizar ejercicio o estiramientos diarios, evitar el uso de aparatos tecnológicos media hora antes de ir a la cama y disminuir el consumo de alcohol y cafeína pueden hacer grandes cambios en la salud física.
Somos lo que comemos
Aunque la nutrición es indiscutiblemente parte de la salud física, es tan amplia que amerita ser otro de los pilares del bienestar holístico. Ahora bien, comúnmente escuchamos la frase “comer saludable”, pero, ¿a qué se refieren? Lo primero para entender esto es aclarar que la alimentación sana no es la misma para todas las personas, ya que depende de la actividad física, enfermedades crónicas, estatura, peso y demás.
Sin embargo, hay cosas básicas con las que puedes empezar como aumentar el consumo de frutas y verduras, reducir los azúcares o sustituir los granos integrales por sus versiones integrales, los cuales te brindarán más fibra. Visitar a tu nutricionista de confianza es la mejor opción si quieres empezar una dieta personalizada y acorde a tus necesidades.
Aprender a gestionarse
¿A cuántos de nosotros no nos ha pasado que a raíz del estrés nos enfermamos o empezamos a tener malestares físicos? Así como la actividad física, la alimentación y el descanso son fundamentales para nuestra salud, la gestión de nuestras emociones tiene un papel importante para el bienestar físico y emocional.
No podemos evitar experimentar emociones fuertes, pero sí buscar nuevas herramientas para procesarlas. Empezar terapia para sanar viejas heridas o empezar ejercicios que nos ayuden a canalizar emociones como el journaling son grandes opciones para velar por nuestra salud emocional.
No estamos solos
Sin importar si somos extrovertidos o introvertidos, estamos constantemente en contacto con otras personas y mantener relaciones sociales sanas es una pieza indispensable para sentirnos bien con nosotros mismos y, por supuesto, con los demás.
Hacer una evaluación de nuestros vínculos nos sirve para valorar a las personas que nos suman y darnos cuenta de quiénes ya no tienen lugar en nuestras vidas. Mantener el contacto con nuestros seres queridos y cuidar nuestras redes de apoyo nos garantiza el bienestar social.
Reconectar con el espíritu, la mente y el ambiente
Aunque la salud espiritual, intelectual y ambiental son pilares independientes dentro del bienestar holístico, creemos que la mejor forma de abordarlas es en conjunto y es que no hay mejor forma de reconectar con nuestro lado espiritual que estando en armonía con el ambiente que nos rodea. Aún así, es necesario que dividamos este apartado en dos partes.
Por un lado tenemos las prácticas como meditación, las limpias energéticas y la búsqueda constante de conocimiento para fortalecer nuestro intelecto; mientras que por el otro está el cuidado de los espacios que nos rodean con prácticas como el reciclaje, compostaje, entre otros.
Bolsillo y vida feliz
Por último, pero no menos importante, el ámbito económico. Tener control de nuestras finanzas nos quita un peso de encima, permite organizarnos mejor, evitar momentos desagradables e invertir en nuestra salud física y emocional.
Para que esto sea posible puedes empezar estableciendo presupuestos para cada una de tus necesidades, es decir tus gastos fijos, pero también para esos gustos que te mereces y que también contribuyen a tu bienestar. Prioriza tus deudas (en caso de tenerlas) y ahorra en la medida de lo posible, este dinero puede servirte para un viaje o una emergencia que no esté contemplada en tu presupuesto.
Si bien la idea de enfocarnos en cuidar distintos aspectos de nuestra vida al mismo tiempo puede sonar abrumador, lo importante es empezar con pequeños cambios en nuestra rutina diaria que nos sumen cada día más hasta conseguir nuestro bienestar lo más íntegro posible.
